Tienen una amplia carta con comida tradicional, preparada con cariño y respetando los tiempos, como se ha hecho siempre, y con ingredientes de primera calidad, algo que se nota al degustar sus platos.Comenzamos con dos entrantes, muy famosos y recomendados en diferentes opiniones que vimos en internet: las croquetas caseras de cocido y los buñuelos de morcilla con lágrimas de miel.
Croquetas caseras de cocido
Croquetas caseras de cocido
Buñuelos de morcilla con lágrimas de miel
Las croquetas estaban súper crujientes y la bechamel muy cremosa y con muchísimo sabor. Nos encantaron, y es que el cocido es uno de sus platos estrella, vimos a muchísima gente que lo pidió, así que volveremos para probarlo.Los buñuelos de morcilla con lágrimas de miel también nos sorprendieron mucho, la miel le daba un sabor dulce que contrastaba mucho con la morcilla, y estaban muy crujientes también por fuera y blanditos por dentro. Otro imprescindible si vais allí.De segundo pedimos solomillo de vaca vieja y hamburguesa 1970, con queso ahumado y cebolla pochada en pan de pretzel. Pedimos ambas carnes poco hechas y las trajeron un poco más que al punto, por lo que, para nuestro gusto, se habían quedado un poco secas. Una pena, ya que la calidad de la carne era espectacular.Solomillo de vaca vieja
Hamburguesa 1970
Ambos platos venían acompañados de patatas fritas caseras que estaban muy ricas. Los demás ingredientes de la hamburguesa también nos gustaron mucho, muy recomendable también si obviamos el punto de la carne, que suponemos que normalmente no pasará esto.En definitiva, fue una experiencia muy agradable, el personal nos trató muy bien, nos recomendó platos y estuvieron todo el rato pendientes de que no nos faltara de nada y preguntándonos si estábamos a gusto.Bon appétit!