Poco a poco vamos volviendo a la normalidad, mientras los brotes nos lo permitan. Las cosas han cambiado a la hora de ir a un restaurante y uno de los que más nos ha sorprendido es el restaurante mixtura. Fuimos justo un día antes de la llamada nueva normalidad, es decir, en fase 3. Las separaciones entre mesas era enorme, con lo que además de garantizarte seguridad tenías mucha privacidad. El local es muy bonito. Está junto al Museo de Arte Contemporáneo de Huarte, donde estaba el Ábaco anteriormente pero le han dado un aire más tropical, no tan minimalista.
El servicio es correctísimo, están muy atentos, los platos salen muy rápido y encima puedes ver la cocina y ves cómo trabajan (con mascarilla en todo momento).
El tipo de cocina es nikkei, es decir peruano-japonés y la verdad es que es una mezcla, que si de principio ya es muy atractiva, no decepciona al final.
Teníamos para escoger carta o bien un menú degustación de 45 euros con dos entrantes, tres platos y un postre. Muy bueno. el primer plato, el cebiche con atún rojo, leche de tigre y esfera de aceituna es espectacular.
distancia que no falte
el famoso chebiche que se escribe con b o con v dependiendo la zona, y a la izquierda, Crispy sushi de salmón, miso y nuestro chimichurri el museo con la entrada al restaurante
Solomillo en salsa de mirin añejo, puré de pimiento ligeramente ahumado y migas cítricas
Cherry Choc Mousse de haba tonka, cremoso de chocolate Illanka al whisky Nikka, bizcocho y compota de cerezas y jengibre
Vamos con las puntuaciones:
Comida: 9.5
Servicio: 10
Decoración: 9
Calidad/Precio: 9.5