Revista Cocina

Restaurante O’Peregrino, la revolución del marisco

Por Baco Y Boca @BacoyBoca

Muchos adictos al marisco saben que desde hace más de 30 años O’Peregrino es un imprescindible en Barcelona cuando toca darse un homenaje de altura con sabor a mar. Pero lo que no tantos conocen todavía es que la marisquería vive una segunda juventud hace apenas un par de años, cuando el anterior titular decidió jubilarse y el joven chef Alejandro Sanahuja Miranda, que además era cliente, se atrevió con el relevo.

Restaurante O’Peregrino, la revolución del mariscoCarpaccio de gamba con ceps confitados y aceite de trufa blanca.

El padre de Alejandro fue el responsable del idilio. Era fan de este restaurante gallego de sabores atemporales: marisco y pescados de primera, con mínima manipulación y cocciones tradicionales. Esa experiencia familiar le bastaba para tener claro que la mayor parte de la carta de O’Peregrino debía continuar tal cual, fiel a sus incondicionales clientes.

Restaurante O’Peregrino, la revolución del marisco
Langostinos envueltos con guanciale, tira de crep de sarraceno, alga wakame y chutney de uva negra.

Pero el cocinero, formado en la Escuela de Hostelería Hoffman de Barcelona, estaba dispuesto a sumar su talento y técnicas para introducir platos, donde el mismo producto adquiere nuevas texturas y dimensiones.

Restaurante O’Peregrino, la revolución del marisco
Ostra al estilo Ducasse París.

La nueva vida del restaurante despegó en plena pandemia, cuando el ‘take away’ forzoso se convirtió en su tarjeta de presentación. Tras un primer rodaje, el año pasado reformó el establecimiento, que mantiene un estilo clásico pero puesto al día, con un agradable semi reservado y dos pequeñas zonas de mesas. Una gran pecera preside la sala exhibiendo crustáceos de 24 kilates y ya da pistas de la potencia de lo que llegará a la mesa.

Restaurante O’Peregrino, la revolución del marisco
Cigalitas del menú mariscada.

Doble vocación

Sanahuja sigue mimando al marisco, pero también lo ha revolucionado para los paladares más curiosos y para atraer a nuevas generaciones de amantes de la gastronomía. Así, la doble propuesta permite optar por la tradición o la innovación. Unos magníficos langostinos se pueden disfrutar a la plancha, como siempre; o bien envueltos con guanciale, tira de crep de sarraceno, alga wakame y chutney de uva negra.

Restaurante O’Peregrino, la revolución del marisco
Bogavante de las rías, flambeado.

Otro ejemplo: de la ostra sin disfraz, a su ostra al estilo Ducasse Paris con mayonesa de leche de soja y miel gratinada, polen y pulpa de naranja. O de la gamba de Palamòs apenas pasada por el fuego, al carpaccio de gamba roja con ceps confitados y aceite de trufa blanca.

Restaurante O’Peregrino, la revolución del marisco
Huevo frito con foie, como broche al bogavante.

La versatilidad se garantiza manteniendo al mismo equipo de sala y cocina de siempre, pero introduciendo platos sin prisa ni pausa. Algunos ni en carta todavía. Otros ya tan consolidados como la pasta fresca (fetuccini) salteada con ajo, perejil y guindilla, flambeada con brandy y salsa de centolla, almeja y gambot, explica. Estaba seguro de que la pasta podía entrar a lo grande en una marisquería, y así ha sido.

Restaurante O’Peregrino, la revolución del marisco
Alejandro Sanahuja.

Y aunque la carta da para mucho, en uno y otro estilo, merece la pena acercarse a su producto a través del ‘menú mariscada‘, que viene a ser un desfile marinero toda regla, servido en distintos pases. En función de los precios de mercado del momento, pueden variar algunos elementos. Y el cliente siempre puede agregar al gusto.

Carta o degustación

El repertorio, por el que se pagan 75 euros, abarca ostra gallega, navajas de Finisterre, langostinos tigre de Sant Carles de la Ràpita cocidos, cigalitas (a veces de la costa, a veces gallegas) a la plancha, gamba de Palamòs (presente o no según mercado) y como plato estrella, bogavante azul de las rías, flambeado al ajillo. Llegado ese punto, hay que guardar algo de saque para abordar el huevo frito con foie y aceite de trufa que se prepara sobre la misma cazuela. Otra variación pueden ser vieiras en lugar de cigalas.

Y aunque la carta sigue siendo el formato más habitual, en su vocación de ‘fichar’ nuevos clientes, O’Peregrino también ha introducido algunos menús cerrados para descubrir la casa a 45 euros con vino y postre incluidos.

Para el resto, se recomienda confiar en las prescripciones de Miguel Martínez, que conduce magistralmente la sala hace 22 años, y lo mismo sugiere un cochinillo fuera de carta, que alguna de las joyas que ha incorporado Alejandro, y que fluyen en cocina mano a mano con Jordi Valcárcel, también con más de dos décadas en nómina.

Otro imprescindible son los postres, de las cañitas de Santiago a la repostería, o el toque del nuevo gestor y chef, unos fresones a la pimienta flambeados con licor Kirsch y Grand Marnier con una bola de vainilla que ya son otro ‘hit’.

O’Peregrino

Aragó, 150 (párking València, 178) Barcelona

93 323 39 53  www.operegrino.es 

Cerrado lunes. De martes a sábado, de 13.00 a 17.00 y de 20.00 a 00.00h. Domingo de 13.00 a 17.00h.


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