Antes de Fiestas, el El Gremi de Restauració de Barcelona presentó una guía destinada a los restaurantes y bares con una finalidad: que todos aquellos que lo deseen adecúen sus locales y ofertas a las familias con niños sin que, en muchos casos, haya necesidad de una gran inversión. Es cierto que la convivencia en los restaurantes es difícil cuando se pretende satisfacer a un público tan variado como el de una gran ciudad: grupos de amigos, jóvenes o de mediana edad, de hombres o mujeres, parejas, ancianos, reuniones de trabajo o de solteros son lo “normal”. Si entramos en las diferentes “tribus urbanas” tan cambiantes como el tiempo, ya ni os cuento. Si a esta miscelánea se añaden además los niños, puede ser tremendo.
Los niños son niños, y como tales son poco racionales, juguetones, gritones y cualquier otro calificativo que se os ocurra para “esos locos bajitos”. Pero son personas. Pequeñas, con las que sencillamente hay que tener más paciencia, ser más cariñosos y más flexibles, lo que no quiere decir que les tratemos como si no entendieran. A estas conclusiones que tan de lógica parecen, se ha llegado después de un estudio realizado con una muestra de 500 personas de Barcelona, entre ellas, 334 niños menores de 12 años. Estos consejos y otros muy fáciles de aplicar se han publicado esta guía.
No hay mejor forma que preguntar para saber qué es lo que se quiere, lo que se valora y esto es lo que ha hecho el Gremi de Restauradors además de también consultar a especialistas como psicólogos, nutricionistas, animadores, pedagogos e incluso arquitectos que han dado su visiones profesionales para cómo hacer más cómoda la visita de las familias a los restaurantes. Algunas de las conclusiones a las que se han llegado parece tan de sentido común que llaman la atención. Pero ya sabemos que el sentido común es el menos común de los sentidos, así que no está de más recopilarlas. Básicamente se trata de:- Un espacio acogedor, suficientemente iluminado y con las protecciones básicas que en cualquier casa con niños tiene. Espaciosos y si es posible con una zona dedicada a juegos.
- Servicio amable y paciente.
- Flexibilidad en la carta: aunque pensemos lo contrario, a los niños les gusta la variedad y algo más que el pollo empanado con patatas y los macarrones!. Dicho por ellos mismos. Posibilidad de raciones más pequeñas y más elaboradas, por ejemplo y darle importancia al producto fresco, menos graso y contemplar la opción de papillas.
- Disponer de juegos para entretener a los niños después de la comida que permitan la sobremesa de los padres: juegos sencillos, de mesa o lápices de colores pueden servir.
Hay muchos más detalles en la guía, tanto del análisis como de las buenas prácticas que el restaurante puede adoptar para conseguir que cualquiera que sea el público que entre a degustar su menú se sienta como en su casa.
Dentro del proyecto, en una segunda fase, se tiene la intención de que el público pueda obtener esta guía que indicará cuáles son los restaurantes “especializados” en un público familiar. Incluso se piensa en un distintivo que pueda hacerlos más visibles y que sirva como aval de que en ese local se pueden encontrar estas buenas prácticas.
Nos parece una muy buena iniciativa por parte del Gremio de Restauradores de Barcelona que quizá debería hacerse extensiva a otro tipo de segmentos que garantice cuando buscas algo, dónde lo vas a encontrar.