Esta expresión a muchos os sonará de la película Karate Kid, ¿verdad? Hoy no estamos para contaros como pegar una paliza, pero si para contaros la paliza que se dio Diego para reflotar este antiguo y tan conservado BMW M3 E30 que veis hoy aquí.
Sin duda la expresión viene a cuento por el sacrificio y esfuerzo que Diego tuvo que hacer para restaurar este BMW M3 E30 y que tuviese una segunda oportunidad en las calles de Perú... Nada más y nada menos que 4 largos años de duro trabajo.
Diego llevaba mucho tiempo tras un BMW M3 E30. Adquirió el que veis hoy en pantalla en el 2009 y actualmente es el segundo propietario.
Un cliente de su taller le avisó de que en un taller cercano había un M3 en venta. En aquel instante sintió que podía ser un buen momento para hacerse con uno.
Lo encontró en un rincón del taller con el motor fuera... totalmente desarmado. La negociación no fue fácil, demorando aproximadamente cuatro meses, ya que el propietario no quería bajar el precio y al ser de forma indirecta, por medio de un intermediario, costó llegar a un acuerdo.
Empiezando a restaurar un BMW M3 E30
Una vez era suyo, no tardó en meterle mano en sus ratos libres. Empezó por desarmarlo al completo y arreglar los puntos de óxido que iba encontrando.
Al poco tiempo, le pidió prestado a un cliente su BMW M3 E30 para ver todos los detalles que le tenía que ir montando al suyo de la misma forma. En el proceso, como ese BMW podía circular, le sirvió como base para darse cuenta de todos los elementos que estaban en mal estado o ausentes en su reciente adquisición. Al final, hablando con el dueño, Diego termina comprándole el M3 e30 (versión Americana) y se hace con dos M3 al mismo tiempo.
Finalmente, el destino de éste segundo BMW M3 E30 no era seguir a su lado. Terminó arreglando cuatro detalles y pintándolo para sacar algo de dinero y continuar invirtiendo sobre el primer M3 que compró.
Y diréis... ¿Y por qué? Si ya tenía de un M3 es buen estado, ¿para que perder el tiempo restaurando un BMW M3 E30 en el que no podía moverse?
El BMW que adquirió al principio de esta historia era del 87 y nacional, importado nuevo para el mercado de Perú. No se trataba de ninguna versión especial, pero se trataba de la versión alemana. Esta trae un diferencial y una caja de cambios con una relación distinta a la que llegaba a Estados Unidos... He aquí la diferencia.
Este venía equipado con alarma, cabeceras posteriores, un tanque adicional de 15 litros ubicado en el maletero, regulación de faros, etc...
Restaurar un BMW M3 E30 y con un poco de Restomod para que brille de nuevo.
Rehízo el interior por completo, del motor, importó una culata nueva, pistones, aros, caja de cambios... una lista interminable de componentes que se sustituyeron... el BMW M3 E30 está restaurado al completo.
Un restomod de los que nos gustan en toda regla. Le dio un aspecto actualizado cambiado los faros de origen y también los frenos delanteros.
En el camino, también decidió cambiarle el color... No quiso volver a pintar el M3 del mismo color de origen. Buscó un color plomizo, en concreto un Nogaro Silver. El quería algo diferente para su coche, ya que le parecía desfasado mantener el mismo color de origen.
Al no ser una versión especial de M3, como podría ser un Cecotto, un E30 al que pudimos fotografiar hace un tiempo en Fresh Imports, Diego no tuvo remordimientos y supo que este era un buen candidato para un restomod y hacerlo a su manera y a su gusto. En el caso de que el coche lo hubiese encontrado de forma inmaculada, nos confiesa que probablemente no hubiera hecho ninguna modificación.
El interior de este M3 E30 es el Sport Evolution, además se retapizaron los laterales de las puertas en alcántara para darle un aspecto más elegante y deportivo a la vez.
Diego estuvo barajando varias opciones a la hora de elegir los frenos... entre ellos, los Brembo y APracing. Finalmente, se decantó por unos Stoptech trophy series. Comenta que el aspecto anodizado natural del CNC le terminó convenciendo. Además, llevan un tratado de pintura para soportar altas temperaturas... así que, sin ser demasiado ostentosos, eran bonitos a la vista a la vez de funcionales.
El ansia nos pierde a todos... en cambio, la paciencia nos hace grandes. Como persona, Diego ha conseguido un reto en su vida con una recompensa la cuál estamos seguros que nunca olvidará. Sin duda, tanto tiempo invertido a valido la pena.