Revista En Femenino

Resultado de la primera visita a la clínica de infertilidad

Por Clara Ingeniera @mamaingeniera

Tal y como os expliqué hace dos días, mi mutua me obligaba a visitar una clínica de infertilidad para dar el siguiente paso, es decir, poder hacerme pruebas como la Histerosalpingografía o la Antimulleriana.

Por un lado, tenía miedo al cambio, a no saber qué me iba a encontrar. Pero por el otro, tenía la esperanza de que visitarme en un centro especializado, esclareciera un poco el tema del embarazo que no llega.

Además, había incluido en mi dossier de pruebas, una analítica que pude realizarme ayer, en mi tercer día de regla, con nuevos valores de FSH y tiroides.

Vayamos por partes.

En la clínica han sido muy amables, y la doctora que nos ha tocado ha sido muy agradable. Hemos estado unos 40 minutos en los que nos ha hecho todo tipo de preguntas, mirado todas mis pruebas una a una y escuchándome para que le pusiera al día. En ningún momento me he sentido ninguneada y nos lo ha explicado todo con pelos y señales.

Lo primero que ha visto y que le ha llamado la atención, han sido mis 4 valores de FSH. A pesar de que la FSH, según ha dicho ella, no es un valor 100% seguro, tener 4 análisis en los que se ve el problema, no deja mucho lugar a la imaginación. Así que su sospecha, y a falta de un análisis de hormona Antimulleriana, es que tengo un fallo ovárico prematuro.

No os voy a engañar. Esto me lo olía desde que vi mi FSH en el primer análisis, pero el estómago se me ha encogido justo en ese momento. Me han invadido las ganas de llorar, pero algo dentro de mi ha dicho: “No, Clara! No tienes que llorar! Ahora que sabes cuál es el problema, atácalo con todas tus fuerzas”

Las ganas de llorar han remitido, y he seguido prestando atención a la ginecóloga, que ahora atacaba el problema de mi TSH o tiroides.

Tal y como sospechaba, presento un hipotiroidismo subclínico (la doctora ha debido flipar, porque yo le he contado todo lo que sabía), que en una persona adulta no es problema alguno, pero sí lo es para una mujer que quiere quedarse embarazada. Se recomienda, que para conseguir un embarazo, este valor esté por debajo de 2,5. El mío se encontraba a 3,24 el mes pasado y 3,66 ayer. Me ha dicho que esta variación de la tiroides puede ser provocada por mi fallo ovárico.

Con todos mis problemas puestos sobre la mesa, y con el seminograma perfecto de maridín, la doctora ha concluido que lo que necesitamos para poder ser padres, es una Fecundación In Vitro (FIV). Su diagnóstico ha sido que, posiblemente tengamos tiempo, pero hay que actuar rápido.

¿Podríamos intentar una Inseminación Artificial (IA)? Si, pero lo desaconsejaba porque de esa manera no se conocería cuál es la calidad de mis óvulos y sería jugar con nuestras ilusiones, y probablemente, perder el tiempo.

La doctora ha hecho uso de varias imágenes que tenía en su PC para enseñarnos en qué consistía una FIV. Os podéis imaginar que este rápido tutorial ha sido más para maridín, porque gracias a vosotras, yo ya estoy curtida en esto.

Maridín me cogía de la pierna como para tranquilizarme según la ginecóloga iba hablando, y mi estómago seguía encogido, aunque mi mente estaba al 100% lista para atacar.

¿Cuál es el siguiente paso?

Antes de empezar una FIV, tengo que bajar mi tiroides. Para ello, he conseguido, a base de llamar a todos los endocrinos con los que mi mutua tiene convenio, una cita para mañana, 17/10/14 a las 13:40h. Llevaré mis análisis, se lo contaré todo y me tomaré lo que me prescriba.

Por otro lado, he de volver a la clínica con los resultados de la hormona Antimulleriana, porque en función de esto, la medicación de FIV será una dosis u otra. Si mi reserva ovárica es baja, tendrán que darme más dosis, claro. La mutua me está gestionando ya la autorización para este análisis, así que en cuanto lo tenga, me lo hago. ¡Vaya! escribiendo esto me acaban de llamar de la mutua para facilitarme la autorización. Mañana mismo me haré el análisis.

Y eso es todo, amigos. Nada de Omifín nunca más. Nuestra relación ha sido corta pero intensa. Ni tampoco nada de Histerosalpingografía, ya que para una FIV las trompas no importan en absoluto. Ahora tengo que centrarme en que baje la TSH para poder empezar una FIV lo antes posible.

Sigo en shock, pero con muchas ganas de ponerme al lío.

P.D.: Ahora soy consciente de lo importante que resulta ver al médico adecuado en el momento correcto. El tiempo juega en mi contra, pero que se preparen mis “ovarios pasa” que les voy a meter caña de la buena. Aunque, ¿a quien quiero engañar? En un momento u otro tendré que echar unas lágrimas para desahogarme, pero ahora mismo no me apetece.


Resultado de la primera visita a la clínica de infertilidad

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