El escribano y el alguacil salieron de Retiendas el día 12 a las 6,30 de la mañana y llegaron a Tamajón una hora después. Entregaron la requisitoria al primer alcalde, Juan de la Cruz Esteban, que convocó al Ayuntamiento esa misma mañana.
Reunidos todos los capitulares (concejales, se citan uno a uno), el escribano Villacampa leyó el decreto real. Dijeron que “lo obedecían como carta de su rey y señor natural,… con protesta de que no les pase perjuicios a esta villa en sus propiedades”. Y pidieron copia escrita.
Para la entrega de expedientes le dirigieron a D. Ignacio del Gamo, escribano de Tamajón, quien expresó que no había presos ni bienes embargados de vecinos de Retiendas. Solo había tres expedientes sobre inventario, tasación y testamentos que estaban sin concluir, que se entregaron al alguacil Esparza.
Los alcaldes de Retiendas confirman haber recibido el 12 de julio los tres expedientes del juez Riegas. El mismo día el escribano da fe que, de acuerdo a lo establecido en el real decreto, se han fijado:
• Una horca compuesta de 3 maderos en la zona conocida como La Nevera.
• Picota grande, con cuchillo y argolla fijados en la calle que sube a la iglesia (a 22 pasos de ella).
A partir de este momento la justicia a los vecinos de Retiendas sería administrada desde esta villa.
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