Como mencioné en el post anterior, hace unos meses encontré la pieza que me hacía falta para poder entender hasta la médula el concepto de compasión.
No podemos sentir o practicar compasión por los demás, sin antes entender y practicar Gratitud. Sin duda todos sabemos decir gracias, pero por desgracia es una palabra vacía y que se dice más por costumbre.
Pocos entienden el verdadero significado y, peor aún, pocos toman la gratitud como práctica diaria.
Así que como buen nerd (ñoño, friki) que soy, decidí investigar a profundidad.
Gratitud es el sentimiento y acción de reconocer que hemos recibido un beneficio de forma altruista, sorpresiva y sin ánimo de ser pagada.
Recientemente la psicología tomó la gratitud en serio y la comenzó a estudiar a partir del año 2,000. Pero las filosofías del mundo y las religiones han basado su práctica en el agradecimiento, desde hace milentios. No importa si es islam, cristianismo o budismo, casi todas las doctrinas incorporan al gratitud como valor importante.
Y no es de sorprender. Practicar gratitud tiene tantos beneficios que necesitaría una serie de muchos posts al respecto.
Simplemente se siente muy bien.
En mi tonta opinión, para poder conocer Gratitud (con G mayúscula) se necesita reconocer todas las bendiciones que tenemos y que decidimos olvidar por enfocarnos en nuestro ego. Debemos reconocer el esfuerzo que existe detrás de nuestras casas, bolígrafos o electricidad. Alguien puso su vida en ellos para que nosotros disfrutemos lo que tenemos en la cotidianidad. Sin duda ellos recibieron un sueldo, así como nosotros recibimos el nuestro por lo que hacemos, pero el trabajo, la energía vital y el sudor no pueden ser borrados. Pensar que alguien recibe un sueldo por lo que hace no destruye la labor que pone en las cosas que nos brinda.
Estos regalos crean una conexión personal que ignoramos si no practicamos Gratitud.
Todo lo que existe en el Universo está interconectado y nos debemos nuestra mutua existencia.
Vivimos, progresamos y lloramos gracias a un sinnúmero de vidas y esfuerzos del pasado y el presente.
Si esa criatura acuática no hubiera dejado las aguas para caminar sobre la tierra, hace millones de años, simplemente no estaríamos leyendo esto. Si la Tierra no hubiera tenido un pasado tan violento y lleno de cambios, y si no estuviera donde está, no existiríamos.
Disfrutamos del aire, del sol, del agua, de la tecnología, de las ciudades y de la maravilla de volar en un avión… todo sin haber contribuido nada a la experiencia. Sólo despertamos todas las mañanas y las cosas están ahí.
Todo está interconectado en más formas de las que podemos entender.
Practicar Gratitud nos da una serie de ventajas que cambian la vida (todas confirmadas por la ciencia y la psicología):
- Fortalece el sistema inmunológico
- Reduce el dolor crónico
- Reduce la presión arterial
- El practicante cuida más de su cuerpo: hace más ejercicio y come saludable.
- La calidad del sueño mejora y se descansa más
- Genera emociones positivas con más freciencia
- Se está más alerta y despierto
- Se encuentra más alegría y placer en lo sencillo
- Se es más optimista y feliz
- Promueve la compasión y generosidad
- Se perdona más fácilmente
- Se es más extrovertido
- Erradica la soledad
Entonces entendí que sólo decir gracias no es suficiente; así como entendí que para tener un corazón abierto a la compasión se necesita primero incorporar Gratitud a la práctica espiritual.
Y así nació el Reto de Gratitud. En el libro Thanks!: How the New Science of Gratitude Can Make You Happier, Robert Emmons propone llevar un diario de gratitud por 30 días.
Decidí intentarlo y los resultados han sido sorprendentes. Me volví más productivo y paciente, más consciente de las necesidades de los demás y me cuesta mucho trabajo encontrar motivos para enojarme. También escucho mejor a quienes me hablan y siempre estoy abierto a dar consuelo a quien lo pide. Ahora estoy aún más atento a cómo mi mente emite juicios y los paro en seco antes de que me dominen.
Si te interesa unirte al reto, esta es la manera en que lo hice.
Reto de Gratitud
Por 30 días consecutivos y sin interrupción, escribe en un papel 3 cosas por las que te sientas agradecido. Puede ser desde tener un día más para vivir, el aire que respiras, tus amigos, la familia, la electricidad o agua en tu casa, la sonrisa de quien amas, tener empleo (o no tenerlo).
Pon especial atención en agradecer por tu sustento. Tener comida en tu mesa es la culminación de miles de esfuerzos y vidas. Sé agradecido.
Esfuérzate por encontrar cosas distintas a diario. Tienes más bendiciones de las que te imaginas.
Me ayudó mucho usar Twitter como medio de expresión porque pude hacer público mi reto. Digamos que se convirtió en un compromiso personal que terminó inspirando a otros a unirse, aún sin saber bien de qué se trataba el reto. ¡Así se forman cadenas virtuosas!
Si quieres usar Twitter, incluye el hashtag #RetoDeGratitud para que todos los retos estén en un mismo lugar. ¡Entre más seamos, mejor!
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La primera semana y media en el #RetoDeGratitud los días fueron los mismos de siempre, pero luego sentí un cambio fuerte en mi. Tuve más claridad y comencé a sentirme muy, muy bien.
Ahora la gratitud forma parte vital
Hay mucho, mucho más que decir sobre la Gratitud. En siguientes posts continuaremos.
De momento pon a prueba todo lo que digo. ¡Únete al reto!
Y luego me dices qué tal te sientes.
¡GRACIAS!