Reto: ¡Yo escribo! - Primera pregunta

Encontré esta iniciativa en el blog Eleazar writes, y me encantó, así que decidí unirme. La idea me encanta, se llama: ¡Yo escribo!

El reto constará de ocho preguntas que contestar acerca del universo como escritores de cada uno que participe. ¡Yo escribo! es un espacio dedicado a nosotros, a nuestros mundos, a nuestras historias, personajes, manías, inspiraciones… En otras palabras, un apoyo a esos escritores anónimos que siguen al pie del cañón.
Cada semana se anunciará una nueva pregunta que nos llevaremos a nuestros blogs para contestarlas con todo lujo de detalles. Yo comencé un poco tarde, recién me entero, pero voy a tratar de ponerme al día.

Primera pregunta: ¡Escritor! ¡Escritora! Descríbete: no hay límites.

Bueno, ésta es una bien difícil, jaja. Siempre trato de poner cosas que sean medianamente interesantes en el blog, y mi persona no entra mucho en la categoría. 
Ahora, hablando en serio: Soy una argenta nacida hace veintimuchos años, que creció entre las plantas del enorme patio de la casa de su abuela y los pinos de la casa de campo de su padre. Terminé el colegio, comencé a estudiar y estoy en el proceso de recibirme de una carrera que tiene que ver con las letras pero no las de este idioma. 
Soy una persona de pocos amigos, pero intensa. La gente a la que mantengo cerca sabe que doy todo por ellos. Soy sincera, a veces demasiado, adoro a los animales (soy vegana, por cierto) y amo en particular a mi novio y a nuestro gatito. 

Comencé a tejer mis primeras historias antes de los cinco años, creo, entre mis muñecas y las tardes silenciosas de aburrimiento en casa. Me gustaba mucho que me leyeran cuentos, tanto que mi madre me enseñó a leer a los cuatro años para que pudiera tomar los libros y dejara de perseguirla por todas partes con el cuento de Alicia en el País de las Maravillas. No sé si a esa edad todos los nenes aprenden a leer también, sólo menciono el número porque lo recuerdo.
Y bueno, a los trece más o menos comencé a escribir mi primera historia y no me detuve hasta que por un inconveniente personal a los veintiuno, dejé lo que pensaba que era un hobbie inadecuado para alguien que entraba a la madurez. Pésima idea, pero supongo que necesitaba ese tiempo para darme cuenta de quién soy y quién no soy. Y la verdad es que un par de años después volví a tomar un block de hojas, una lapicera y a garabatear otra vez una historia. Ahora sí sé que no me voy a detener más, esto es lo que me gusta y lo que quiero hacer. Escribir es más que un hobbie, es una necesidad. 

Eso es todo, espero no haber aburrido demasiado. Me da no-se-qué escribir sobre mí, jeje, pero algún día debía hacerlo, supongo.