Louis Garrel celebró con este corto el premio al Mejor Director que el jurado de la competencia internacional de largometrajes del 21° BAFICI le acordó por L’ homme fidèle. La distinción pareció sorprender tanto al también actor francés como a los espectadores que ubicamos esta comedia sobre la fidelidad (masculina) más cerca del ciclo Les Avant-Premières que del Buenos Aires Festival Internacional de Cine independiente.
A la distancia resulta irrelevante la reflexión sobre las circunstancias de proyección. El segundo largometraje de Garrel como (co)guionista y director merece la atención de los públicos más diversos.
El experimentado Jean-Claude Carrière es el otro autor del guion que consigue desconcertar al espectador, siempre en buena ley y en más de una ocasión. Es que el film ofrece un cóctel de humor absurdo, con bastante de comedia romántica clásica, y con una pizca de thriller policial y psicológico.
Garrel y Carrière juegan, no sólo con los distintos géneros, sino con las tres –casi cuatro– versiones del relato: la de Abel, personaje que encarna el mismo co-guionista y director, la de Marianne (a cargo de Laetitia Casta), la de Eve (Lily-Rose Depp). Sin narración en off como las demás y por lo tanto menos explícita, la cuarta perspectiva corresponde a la mirada del niño Joseph (Engel) que a su manera también condiciona la evolución del particular triángulo amoroso conformado por los adultos en cuestión.
Amante fiel –con este título se estrena en Buenos Aires– también hace malabares con las definiciones ortodoxas, si se quiere patriarcales, de las abstracciones Masculinidad y Fidelidad. Acaso sin proponérselo, subvierte los términos de películas dramáticas donde la mujer prueba, manifiesta o reivindica su amor de pareja acostándose con otro(s); Contra viento y marea de Lars von Trier es un ejemplo extremo.