La programación del CaixaForum nos tiene más que acostumbrados a los saltos entre épocas, servidos, por lo general, sin traumas y con mucho oficio. En el caso que nos ocupa, la máquina del tiempo se ubica a finales del siglo XIX y comienzos del XX, un interregno entre tiranías bélicas caracterizado por un equilibrio económico y una efervescencia social en toda la vieja Europa. Ambos factores permitieron al arte expresarse comercialmente en la forma del retrato, un género de con gran demanda y una evolución que pasa por unos inicios pletóricos a una progresiva decadencia emocional, que no técnica.
Dividida en nueve ámbitos concretos, la muestra reúne más de 70 obras englobadas en autorretratos, retratos de sociedad, grupales, en abierto o interesados en sus aspectos más experimentales, así como una sección dedicada a Toulouse-Lautrec que, si bien es atractiva, no tiene más valor que la amplia colección de obras de Joaquín Sorolla o John Singer Sargent.
El esfuerzo expositivo es indudable. Las piezas provienen de más de 30 museos y colecciones privadas, tres generaciones de pintores comprometidos por igual con la personalidad y psicología del retratado como con el contexto histórico y físico en el que se movía.
Así, encontraremos lo más granado de una época, desde la fascinante expresividad de Giovanni Boldini a la maestría de Iliá Repin, así como cuadros emblemáticos como La Sargantain de Ramon Casas o la Condesa Mathieu de Noialles de Ignacio Zuloaga.
Retratos de la Belle Époque aprueba como exposición y como herramienta de análisis histórico, y en concreto, de la mentalidad moderna y su conexión con la pintura.
La exposición “Retratos de la Belle Époque” estará del 20 de julio al 9 de octubre de 2011 en el CaixaForum Barcelona.