Revista Cine

Retro-análisis: ‘Final Fight’ de Capcom para Super Nintendo

Publicado el 13 julio 2014 por Coliseodigital @coliseodigital

Si eras un adolescente en los años 90, estabas curtido a base de juegos de lucha. Una vez que ya habías probado todo tipo de género, eras todo un experto en gran variedad de lides. De repente, llegó ‘Final Fight’ y dio la vuelta a todos los títulos de lucha. Desde ese momento, nada volvió a ser igual.

Final_Fight
Todo buen aficionado a las máquinas recreativas ha soñado siempre con tener una réplica de su videojuego favorito en casa. Y a primeros de los años 90 del siglo pasado, todos soñábamos con ser poseedores de aquella consola inalcanzable que era Neo Geo. Aquellos videojuegos representaban lo máximo a lo que se podía aspirar en gráficos, sonido y diversión. Pero todo se desvanecía en una nube de polvo cuando volvíamos a la realidad para mirar nuestra mesa de la habitación donde reposaba incólume nuestros Amstrad, MSX o Spectrum de turno. Y que conste que les debemos mucho a aquellas máquinas…

Una vez que nos dábamos de golpe con la realidad, no quedaba otra que seguir soñando con aquellos videojuegos que tenían infinidad de colores, cientos de pantallas por recorrer y una calidad técnica inmejorable. Para poder seguir imaginándolas había que recurrir a revistas como Micromanía y ojear su sección arcade para volver a babear mirando las capturas de pantalla.

Pero por aquella época llegó al mercado una consola venida de Japón que prometía dar mucha guerra. Por aquel entonces ya estaba asentada la consola Megadrive, pero vino a hacerla competencia una que proyectaba un eslogan muy potente: “El cerebro de la bestia”, una campaña que se dio a conocer por todas partes, en revistas y TV sobre todo. No faltaban tampoco vídeos promocionales en VHS a tutiplén en revistas como Hobby Consolas o Super Juegos. Se construyó todo un universo de nuevos juegos y experiencias que vendrían a renovar todo lo que hasta entonces se conocía.

Haggar

‘Final Fight’, el beat´em up definitivo.

Y en ese momento es cuando hace su inminente aparición un videojuego como ‘Final Fight’, venido de la recreativa homónima. El “yo contra el barrio” definitivo, un arcade de lucha que se convirtió en el máximo exponente de aquella época. Ahora por fin se encontraba en Super Nintendo. Ni qué decir tiene que los poseedores de Mega Drive estallaron de ira al ver que este gran título no apareció en su consola.

Llegaron las tardes de lucha sin cuartel, a brazo partido y con casi todos los elementos de la recreativa. Y es que ‘Final Fight’ llegó un tanto “capado”. No veríamos a todos los personajes originales, pues faltaba Guy, el Ninja del juego original. Esto puso en jaque a más de uno, cuya ira fue aumentando a pasos agigantados. Y es que olvidarse de uno de los emblemáticos personajes no sentó nada bien a los jugadores de pro. Esto se vio como una afrenta muy grande, pero desde Nintendo no paraban de comentar que se trataba de un cartucho de 8 MB y que por ello no aparecían ciertas características en la versión de Super Nintendo.

Cody

Lo de jugar con un sólo personaje le quitó toda la gracia al juego en Super Nintendo.

Además de este contratiempo, la cosa no se quedó ahí. La desfachatez se adueñó del juego en toda su dimensión, y los despropósitos se sucedieron uno detrás de otro. La mayoría de escenarios estaban muy vacíos, los personajes venían en oleadas de a tres y las animaciones, tanto de los protagonistas como de los enemigos, fueron recortadas. También sucedió con una fase, la que comprendía la fábrica, que había sido aniquilada en su totalidad y directamente no existía. Algo totalmente inexcusable fue el hecho de que en el videojuego no se pudiera jugar a dobles, esta opción también se masacró, pudiendo tan sólo luchar con un personaje. Toda la jugabilidad tan maravillosa del título había sido mancillada vilmente. ¿Qué más podíamos esperar? Cabinas de teléfono desaparecidas, ralentizaciones constantes, eliminación de las animaciones con sangre en pantalla… ¡Un desbarajuste total!

De todos modos lo que no falló fue aquellas melodías y sonidos, que aunque no sonaban exactamente como las originales, sí llegaban a un buen nivel. El juego fue un quiero y no puedo, pero al menos los poseedores de una Super Nintendo pudieron tener su propia versión de ‘Final Fight’, aunque tuviera sus evidentes carencias. De todas maneras, si se quiere disfrutar de una buena tarde de mamporros, no hay que menospreciarlo, pues nos puede proporcionar buenos ratos de ocio. ¡A por ellos, que son pocos y cobardes!

Puntuación: 7


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