Corría el año 1994, Sheryl Crow presentaba su single debut y el mundo estaba dominado por grandes centros de computo. Era muy difícil acceder a opciones de computo de bajo coste si no era adquiriendo hardware completamente obsoleto o dejándote la piel en hacer funcionar algo que de entrada parecía imposible.
1994 es el año donde nace la leyenda y como el software libre democratizó el acceso a soluciones de supercomputo asequibles. Thomas Sterling y Donald Becker por entonces trabajaban en la NASA, la cual ya comenzaba a sufrir grandes recortes y buscaba formas imaginativas de cubrir sus necesidades de calculo. Thomas y Donal comenzaron un ambicioso proyecto, diseñaron un cluster con 16 maquinas, cada una de ellas con procesadores Indel DX4 100MHz coordinadas gracias a Linux que permitía realizar tareas en paralelo con un rendimiento nada despreciable. A su proyecto le dieron el nombre de Beowulf en honor a un titulo de la literatura anglosajona donde nuestro héroe compartía la fuerza de treinta hombres en sus manos.
Cuenta la leyenda que Donald Becker tuvo que desarrollar drivers para añadir soporte a la jungla de placas Ethernet existentes en el laboratorio. Drivers que fueron compartidos luego a la comunidad.
Beowulf en una configuración de 64 máquinas
Beowulf fue todo un éxito y su historia corrió como un virus por todas las universidades del mundo. Era posible utilizar equipos “para pobres” y ahorrar cientos de miles de dolares. Incluso era posible crear diferentes nodos e interconectarlos a través de internet. Por entonces significó un avance de gigante en la investigación científica y hoy prácticamente la gran mayoría de los grandes centros de computo del mundo están basados en Linux y cualquiera puede hacer sus pinitos en casa con equipos de desecho.