¿Qué es la revisión por pares? ¿Cómo funciona? ¿Qué es y cuál es la manera de calcular el índice de impacto? ¿Y el Open Access? ¿Por qué hay tanto debate al respecto? Y, lo más importante, ¿cómo afecta en realidad a los investigadores? Éstas y muchas otras preguntas son las protagonistas de esta serie dedicada en exclusiva a la revisión por pares y todos su entresijos.
Llevo ya mucho tiempo queriendo escribir una serie profunda para analizar uno de los procesos más críticos de la ciencia actual: la Revisión por Pares. O probablemente más conocida como Peer Review. Este método es el que empleamos todos los científicos del mundo para "crear ciencia". En el mundo científico un artículo que no es publicado no se le considera dentro del campo aceptado de la Ciencia. Y para poder ser aceptado primero ha de pasar por el proceso de Revisión por Pares. Es sorprendente la cantidad de gente que no entiende esta metodología, inclusive entre los propios Es sorprendente la cantidad de investigadores que no entiende esta metodología
investigadores quienes normalmente terminan por conocer su existencia en el momento de publicar su primer artículo.
Pero no me quiero quedar, ni mucho menos, en la sencilla explicación. Tengo intención de entrar profundamente en el tema, analizando algunas de las cuestiones que más debate crean hoy día. Pero claro, hay que comenzar por algún sitio. Y me temo que este primer artículo es un poco básico. Pero las cosas hay que hacerlas bien. Y si queremos profundizar lo suficiente, lo primero será dominar sus bases. Así que pido disculpas a quienes ya sean unos investigadores duchos en el mundo de la publicación. A ellos les prometo algunos temas verdaderamente jugosos dentro de esta serie. Y ahora, comencemos con ello.
¿Qué es la Revisión por Pares?
En pocas palabras, la Revisión por Pares es el proceso de aprobación por el que ha de pasar todo artículo que se precie. Todos los investigadores del mundo han de ver sometido, tarde o temprano, su artículo a una Revisión por Pares. Un artículo científico es la conclusión natural de una investigación. Una vez desarrollado un proyecto, sea del carácter que sea, ha de materializarse en un documento que recoge toda la información vital de dicha investigación. Además, la recoge con un formato específico que permite a todos los científicos del mundo reproducir la misma investigación (grosso modo). (Me encanta esta expresión).
Estos artículos o papers se recogen en revistas especiales (y especializadas según el campo) donde otros científicos pueden buscar dicha información. Esta es la manera que tenemos de "hacer ciencia". Ya que si no se publica y otros científicos no pueden acceder a nuestras investigaciones, ¿cómo puede darse a conocer un hecho Este proceso expone un artículo a otros científicos expertos en el tema, los denominados "pares"
científico? Es más, ¿cómo puede ser comprobado bajo toda circunstancia? Estos son dos puntos críticos de la ciencia. Por eso, la publicación de artículos es tan sumamente importante en el proceso.
Pero claro, ¿cómo se distingue un artículo científico real de algo que "parece" un artículo real pero solo es una sarta de tonterías con muchos tecnicismos. Aquí es donde se presenta la Revisión por Pares. Este proceso expone un artículo científico a otros científicos expertos en el tema ( los denominados "pares" o "iguales", en el campo de estudio, se entiende), que no tienen nada que ver con los autores para evaluar la veracidad de la publicación. Aunque finalmente es el editor el que decide si publicar en la revista o no, son los pares, conocidos como revisores (o referees) los que apuntan correcciones, posibles problemas o sugerencias al artículo. Por eso, la Revisión por Pares es una pieza fundamental en el sistema de "hacer ciencia".
¿Cómo funciona?
Vale. Ya sabemos qué es. Pero seguro que comienzan a surgir muchas dudas. La primera, por supuesto, es cómo funciona este proceso. Bueno, sin entrar en pormenores y detalles, puesto que hay bastante variantes según la editorial o, incluso, la disciplina, funciona de la siguiente manera: el grupo de investigación localiza una revista científica de interés. Le interesa porque su índice de impacto (de esto ya hablaremos) es alto, lo que quiere decir que es relevante para sus colegas dentro de la misma disciplina u otras relacionadas.
Si publicas tu artículo en esa revista te aseguras prestigio y publicidad. Así que el IP, el investigador principal (o su becario) prepara toda la documentación adecuada, es decir, el paper y sus anexos, así como el papeleo adicional que exija la revista. Entonces se envía a un editor o comité editorial, que es el que decide, en última instancia, qué se publica y qué no en la revista. Dependiendo de lo prestigiosa que sea (y el número de solicitudes) la revista puede ser más o menos estricta con sus exigencias de publicación.
El artículo, entonces, llega a la mesa del editor y este se pone en contacto con algunos de sus revisores de confianza, los cuales tiene experiencia con el editor y/o son expertos en el tema (muchas veces con investigaciones parecidas). La elección de revisores es exclusivamente editorial y se basa en sus propios criterios. A estos revisores se les envía una copia del artículo y, si el editor lo cree correspondiente, algunas anotaciones. Estos revisan el artículo y devuelven una respuesta que puede aprobar el artículo, hacer meros apuntes, solicitar correcciones o, incluso, pedir que el artículo no sea publicado bajo ningún concepto.
Es importantísimo saber que los revisores, normalmente, no tienen contacto entre sí. De hecho, por lo general permanecen en el anonimato absoluto para evitar conflicto de intereses. Finalmente es decisión única y exclusiva del editor (o del comité) publicar o no un artículo. Si se decide apto para publicación (lo que puede ocurrir tras solicitar varias correcciones que duran meses, muchas veces debidas única y exclusivamente al formato) existen diversas formas de publicarlo, de lo que ya hablaremos más adelante también.
Algunos investigadores han publicado cientos de artículos en revistas muy prestigiosas sin pagar un solo céntimo mientras que existen otras revistas que exigen un tributo (o fee) por publicación. Este puede ir desde los pocos cientos de dólares a varios miles. Yo, particularmente, he visto un tributo de 3.700 dólares por publicar en una revista. Esto depende muchísimo del prestigio de la publicación y de la disciplina científica. Aunque ahora, por suerte, estamos viviendo un cambio en el sistema. De todas formas, de esto ya discutiremos profundamente.
Historia de la Revisión por Pares
Aunque parezca algo con mucho pedigrí, algo muy arcaico, lo cierto es que la Revisión por Pares es un invento del siglo XX. Y más aún, sólo se emplea de manera condicional para publicar, como parte de un proceso integrado de "hacer ciencia", desde mediados del siglo pasado. La necesidad de escribir un artículo con cierto formato particular es algo más antigua. Eso sí, su estructura, sus requerimientos y su formato ha ido evolucionando con el tiempo hasta la obra estructurada que conocemos hoy día. Pero el proceso de revisión es bastante más moderno.
Ahora, quienes llevan la voz cantante en el proceso son las voces opuestas de los revisores
Es más, a principios del siglo XX la revisión por pares era más una traba que se le ponía a los "nuevos científicos", más que un requerimiento para "hacer ciencia". Esto se puede ver claramente en muchos de los artículos publicados apenas sin revisión. En los albores de la ciencia moderna, cuando las especializaciones estaban conquistando su campo a base de descubrimientos, muchos de sus autores (ahora grandes nombre de la ciencia) nunca fueron revisados por sus "pares". Esto tiene su razón en la situación de entonces, donde se imponían sus figuras. A pesar de que todos sabemos eso de "el principio de autoridad..." etc.
Pero volviendo al presente, las tornas se han vuelto muy, pero que muy rápidas. Ahora, como indican muchos expertos en comunicación científica, quienes llevan la voz cantante en el proceso son, precisamente, las voces opuestas de los revisores. Ya no importa quién sea el que publica. Ni tan siquiera el qué. Importa mucho más lo que no tiene el artículo. Esto es lo que determina el tiempo o el lugar donde se publicará un estudio. Pero esto es solo el primer atisbo del complejo mundo de la revisión por pares. Si a estas alturas no has visto nada que te huela mal te aconsejo que releas rápidamente el artículo y anotes algunas de las ideas que te vengan a la cabeza. Porque el mundo de la revisión por pares está viviendo, actualmente, una crisis muy seria. Una crisis que necesita de soluciones inmediatas. Pero de eso ya hablaremos en el siguiente número.