Belarmino Fernández y Alfonso Chacón son dos tipos inquietos…su pasión por el vino les ha llevado a compaginar sus respectivos negocios con un sueño llamado Bodegas Canopy.
“La clave de un gran vino está en el viñedo”. Esta ha sido la máxima de Bodegas Canopy desde el inicio del proyecto en el año 2003. Todo comenzó con la selección de viejas viñas de garnacha, prácticamente abandonadas, con un potencial que nunca se había aprovechado en pos de la calidad. Las garnachas de la bodega se ubican en diferentes zonas de la sierra de Gredos; en el Real de San Vicente (D.O Mentrida) y en la zona de Cebreros (V.T Castilla y León)
También han sabido aprovechar las nuevas plantaciones de syrah, una variedad que se ha adaptado perfectamente al suelo y clima de la parte baja de la D.O Méntrida.
Ahora viene lo bueno!!
Hablar de sus vinos es un placer ya que cada añada supera a la anterior y no dejan de sorprendernos.
En la tienda de Vinopremier.com y en Vinopremier-Vinoteca de José Ortega y Gasset 90 en Madrid tenemos a vuestra disposición sus vinos básicos. Pronto tendréis noticias de los “crûs” de Canopy!!
Comenzamos por el vino tinto Malpaso 2008 el syrah de Canopy. Uva despalillada y fermentada en depósito de acero inoxidable con posterior crianza de + – 12 meses en barricas, nunca nuevas, de roble francés de diferentes tonelerías y dimensiones. Un vino que está en un momento de consumo ideal, recuerda algunos vinos del Ródano, necesita aireación pero cuando se expresa lo hace de forma sincera, varietal y sobre todo elegante. Lo mejor es sentir su equilibrado paladar y persistencia. Un vino accesible y placentero.
El espíritu de las garnachas de Gredos está en Tres patas 2008. Suelos graníticos, viejas viñas y una elaboración en la que cada añada cobra mayor importancia el raspón. Si amigos, el vino tinto Tres patas 2008 se vinifica con esa parte del racimo que la mayoría desecha a la hora de elaborar vinos tintos, bien trabajado aporta frescura y carácter a una garnacha que después envejece el tiempo necesario en barricas usadas de roble francés de 500 l y por supuesto en botella. Vino de largo recorrido, aireación necesaria para poder apreciar todos sus matices, nos sorprende que un vino de este precio aporte esta complejidad. Mineral, fresco y delicioso.
Para terminar una novedad que surge de la inquietud de estos bodegueros, Castillo de Belarfonso 2012. Atención a la etiqueta!!! Belarmino cuenta que no les llega para un castillo de piedra y ha querido reproducir aquel hinchable en el que jugaban sus hijos de pequeños. Garnachas viejas para un vino desenfadado, fresco y fácil de beber…un concepto “summer wine” poco habitual por estas denominaciones clásicas que están cambiando gracias a proyectos revolucionarios y regeneradores como el de Bodegas Canopy.
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