Durante los primeros posts de la corta vida de este blog, he intentado plasmar algunas de las claves para que las empresas se adapten a la revolución de internet (que ya no es revolución por nueva, sino porque ha cambiado todos los paradigmas anteriores). Primero hablé de la importancia de las redes sociales en la empresa, después de renovar la página web empresarial y más tarde del posicionamiento local como arma para pymes y empresas locales. Hoy le toca el turno al comercio electrónico.
Las cifras del comercio electrónico
Para ponernos en contexto comenzaré diciendo que en España el 70% de los hogares tiene acceso a internet, por lo que ya somos usuarios maduros y con conocimientos del medio, y hemos perdido el miedo a comprar a través de la red. Es por eso que en 2013 alrededor de 15 millones de personas compraron online, alrededor del 30% de la población. En 2014 se estima que haya un incremento del 13,4% respecto al año pasado, con una facturación de unos 12.383 millones de euros y un gasto medio de 816 euros por persona.
Las razones por las que compramos por internet son diversas. Por un lado los usuarios advierten la comodidad de poder comprar desde casa, por otro lado la facilidad de encontrar ofertas y comparar precios, así como el ahorro en algunos costes como el desplazamiento, la facilidad de compra y la rapidez en el suministro. Si a todo esto le sumamos la tecnología y la velocidad de conexión tenemos la fórmula mágica para que el comercio por internet se expanda como la pólvora.
El perfil del comprador online en 2013 fue del 46,1% de mujeres. En cuanto a edades, el 29,4% tenían entre 35 y 44 años, el 28% entre 25 y 34, mientras que solo el 1,9% superaba los 65 años. Por comunidades autónomas, las que más compraron fueron Euskadi y Madrid, mientras que las que menos fueron Canarias y Extremadura. Si nos comparamos con la Unión Europea estamos por debajo de la media, siendo del 47% y aventajándonos en 15 puntos. Los países que más compran son Dinamarca y Reino Unido, mientras que los que menos son Rumanía y Bulgaria.
En cuanto a lo que compramos la tendencia a lo largo de los años se mantiene estable. Lo más demandado por internet son ropa, calzado y material deportivo; entradas de ocio y espectáculos; libros, prensa y revistas; turismo; artículos del hogar; y películas y música. Para finalizar hay que añadir que el 22% de las empresas compra por internet, mientras que sólo el 14% vende.
Es hora de que te lances a la piscina
Bajo este paraguas lo único que cabe decir es que el viento sopla a tu favor si quieres empezar a vender online. Internet es un mercado global que te permitirá romper las barreras de tu negocio, encontrar nuevos clientes y nuevos nichos de mercado. Lo que sí es cierto es que no te saldrá gratis ni será fácil. Hay que romper este mito.
Una tienda online requiere una inversión constante: primero para ponerla en marcha, después para mantenerla y por último para promocionarla. Igual que cualquier negocio offline o convencional. En este sentido el negocio en internet es igual que el de toda la vida, si no inviertes en él acabarás cerrando.
No obstante esto no es para desanimarse ni mucho menos, más bien todo lo contrario. Son muchas más las ventajas que las desventajas de emprender en internet. Por supuesto teniendo en cuenta que necesitarás valerte de profesionales para ponerlo en marcha. En próximos post abordaré las características que tiene que tener una tienda online para que funcione y las formas de promocionarla.
Gracias por leerme, espero tus comentarios.
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