Su vida.
Nació un 8 de Septiembre del 1157 en Oxford, a orillas del río Támesis. Sería considerado por muchos el símbolo vivo de las historias de caballería, del héroe romántico que lucha por la justicia de manera implacable y brutal. Tercer hijo del Rey Enrique II y de Leonor de Aquitania, noble francesa.
Al morir su padre Enrique II, y sus hermanos mayores, Ricardo se corona legítimo Rey de Inglaterra. Luego de esto se casó con Berenguela de Navarra. Por estos tiempos el papa Inocencio II se hallaba organizando lo que sería la 3ª cruzada, donde planeaba juntar a los Reyes más poderosos de aquél tiempo: Federico Barba Roja de Alemania, Felipe Augusto de Francia (Felipe II) y el Rey Ricardo de Inglaterra (posteriormente apodado "corazón de león"); con el objetivo principal de recuperar Jerusalén. Ricardo viendo esto como una oportunidad de ampliar su dominio del mediterráneo se aprestó a cumplir con esa tarea. Ricardo era un personaje aventurero e intrépido; cuando ocupó el trono se encargó de vender tierras y joyas con el objeto de juntar recursos económicos para financiar la 3ª cruzada, que es donde verdaderamente él quería estar.
La 3ª cruzada dio inicio, aunque no sin contratiempos: El Rey de Alemania Federico Barba Roja murió ahogado en el camino, y la mayor parte de su ejército se dispersó y no llegó a ver Jerusalén. Esto supuso un duro golpe a la campaña no sin contar los roces que tenía Ricardo con importantes figuras como el mismísimo Rey de Francia Felipe II y el duque Leopoldo de Austria. Roces que tuvieron origen debido al gran liderazgo que inspiraba Ricardo, que era llamado Comandante Supremo de las fuerzas cristianas, y la verdad es que así parecía puesto que su personalidad irradiaba tal fuerza que no había cristiano alguno dentro del ejército que no se sintiera fuertemente inspirado por él.
Juntos Ricardo y Felipe II, consiguieron tomar Messina y Chipre en 1190 y Acre en 1191, donde tuvo lugar la disputa con Leopoldo a causa de quién colocaba su estandarte en la torre más alta, disputa que desembocó en Ricardo pisoteando el estandarte de Leopoldo. Cara le costaría la ofensa. Luego de esto Felipe II, partió llevándose casi todo su ejército poniendo como pretexto una supuesta enfermedad. Cuando éste regresó a Francia colaboró con Juan "sin tierra", hermano de Ricardo, en una conspiración para ocupar el trono.
En ese mismo año, tuvo lugar la batalla de Arsuf, donde Ricardo obtuvo una aplastante victoria en inferioridad numérica contra el ejército del poderoso Saladín, Rey de Siria, Egipto y Palestina, que era quién dirigía a las fuerzas árabes, la cual engrandeció el prestigio de Ricardo y la fe de los cruzados. En esta batalla, se destacaron el liderazgo que ofrecía un rey peleando ferozmente en primera fila junto a sus soldados, un fuerte sentido estratégico y una disciplina impulsada por el fervor religioso. Se dice que los ejércitos de Saladin le temían como si se tratara del mismísimo diablo que venía por ellos, al ser testigos de la furia de sus golpes y la masacre que dejaba a su paso. Sin embargo, la 3ª cruzada no pudo reconquistar Jerusalén y ya que la conspiración de Juan "sin tierra" llegó a oídos de Ricardo y tenía que regresar a Inglaterra, éste decidió firmar un pacto donde se acordaba que Acre se conservaría en manos cristianas y Jerusalén seguiría en manos de los Árabes, pero los cristianos podrían visitar los santos lugares, y serían respetados.
En su viaje de regreso Ricardo fue capturado y tomado como prisionero por el duque Leopoldo de Austria. Estuvo preso cerca de 1 año hasta que un amigo suyo de la corte lo encontró teniendo que buscar por toda Europa. A inicios del 1193 Ricardo fue cedido al emperador Enrique VI de Alemania, quién lo mantuvo bajo custodia hasta que fue pagado un rescate de 100,000 Marcos por parte de su hermano Juan "sin tierra", el cual fue obligado a hacerlo por su madre. Juan huyó a la corte francesa.
Luego de que Ricardo fue coronado nuevamente en Winchester en el año 1194, decidió seguir en acción e ir a recuperar las tierras inglesas que le habían sido arrebatadas por Felipe II durante su ausencia. En uno de estas nuevas aventuras, al sitiar la fortaleza de Château-Gaillard los defensores, le ofrecieron el castillo pidiéndole únicamente que les respetara la vida y no los torturara, a lo que el Rey Ricardo, se negó tajantemente en una impredecible e inverosímil actitud diciendo que mataría a todos y cada uno de los defensores. Tras estos hechos, en un descuido, una flecha le dio en el hombro izquierdo, cerca del cuello, a lo que Ricardo hizo poco caso, como si se tratase de una herida cualquiera, suprimiendo cualquier grito o expresión de dolor. Sin embargo el daño fue peor de lo esperado y a los diez días moriría a causa de esa flecha, perdonando al ballestero que la disparo, y reinstalando en el trono a su hermano Juan. Era así como acababa una de las grandes leyendas de las cruzadas, a los 42 años, con un sinfín de historias emocionantes e intensas, un personaje que había de ser amado por muchos y temido como el demonio por otros.