"Todas estas actitudes típicamente populistas degradan el debate público en una democracia", dijo Gil Lavedra sobre las críticas a la reforma del Código Penal. Foto: Archivo La presentación del anteproyecto de reforma del Código Penal inauguró el año político en la Argentina. Tras la rápida y avasallante campaña de Sergio Massa , se dispararon una serie de polémicas y críticas de las más diversas. Pero ¿qué es lo que cambiaría realmente si el proyecto llegara a aprobarse? En una entrevista con LA NACION, el ex diputado de la UCR y constitucionalista Ricardo Gil Lavedra explicó en detalle los puntos más cuestionados. Gil Lavedra fundamentó cada una de las reformas propuestas, aunque consideró que no es el momento adecuado para debatir los cambios. "Estamos ante un gobierno que está terminando y esto precipita las cuestiones electorales. Todo el mundo quiere diferenciarse para hacer campaña. Nadie quiere quedar a los ojos de la gente pegado a un anteproyecto que, según se les hace creer, favorece a los delincuentes", sostuvo. En ese sentido, criticó algunos de los cuestionamientos que hicieron varios personajes de la política ante los medios. "Agitar una preocupación legítima de la sociedad, como es la inseguridad, en un debate de reglas del Código Penal que no se vincula, directamente por lo menos -aunque sí de modo indirecto porque forma parte del sistema penal-, a mí me parece que le hace mal a la democracia", dijo Gil Lavedra. ¿Se imaginó las repercusiones en su propio partido? En primer lugar, por supuesto que los partidos políticos nacionales sabían que había representantes en el debate. Yo no me metí en la Comisión como un llanero solitario. Esto no quiere decir que la UCR tenga que tener a través mío una posición sobre cada uno de los temas. Yo ahí opiné individualmente. Si están de acuerdo o no, eso lo tienen que decidir los bloques. Yo representé el propósito de una iniciativa que parecía plausible, porque siempre criticamos la falta de intervención y diálogo y esta comisión es un ejemplo de pluralidad y diversidad. Lo que no quiere decir que el partido, y fue lo que ocurrió, no pueda considerar que no es el momento más adecuado para discutirlo. No me dejaron solo. Yo también opiné que este no es el momento más adecuado. Y si se instala este discurso demagógico, habrá que esperar un momento más adecuado. Y también tengo que decir que yo estuve en contacto con el partido todo el tiempo. ¿Por qué no es el momento más adecuado? Hay varias razones. Pero en primer lugar se trata de un gobierno que está terminando y esto precipita las cuestiones electorales. Todo el mundo quiere diferenciarse para hacer campaña. Nadie quiere quedar a los ojos de la gente pegado a un anteproyecto que, según se les hace creer, favorece a los delincuentes. ¿Qué opina de las críticas que se hacen sobre el anteproyecto y que proponen no debatir la reforma? Me parece que todas estas actitudes típicamente populistas degradan el debate público en una democracia. Agitar una preocupación legítima de la sociedad, como es la inseguridad, en un debate de reglas del Código Penal que no se vincula, directamente por lo menos -sí de modo indirecto porque forma parte del sistema penal- a mí me parece que le hace mal a la democracia. Y también me ha parecido muy mal que la dirigencia política en general, salvo muy escasas excepciones, haya hecho una muy penosa competencia para montarse en ese discurso y no dar lugar a la deliberación. No es cierto que [la reforma del Código] vaya a aumentar o disminuir la delincuencia. Esto es lo mismo que las consignas de meterle bala al delincuente o el período siniestro para el Código Penal que fue el de [Juan Carlos] Blumberg [que promovió la aprobación de leyes que modificaron el Código Penal, endureciéndolo significativamente]. El anteproyecto, además, se puede modificar mil veces. Lo que no se puede cambiar y es preocupante es la demagogia populista que se generó en estos últimos meses. ¿Hubo disidencias a la hora de decidir algunas cuestiones? Muchas. Hubo, por supuesto, muchas transacciones. Cuando fue insuperable se escribió la disidencia. En algunas no se arribó finalmente a un acuerdo. En mi caso particular yo opté, si el texto me contenía en general, por no hacer disidencia con algunas cuestiones puntuales. Porque este no es el anteproyecto de uno, es la opinión que reúne los acuerdos obtenidos por los cinco como base. Porque no hay que perder de vista que esta es una base sobre la cual empezar a discutir.
LA REFORMA: LOS PUNTOS MÁS CUESTIONADOS
La comisión redactora del proyecto comenzó a trabajar a mediados de 2012. Está presidida por el ministro de la Corte Eugenio Raúl Zaffaroni . Además de Gil Lavedra, también son miembros de la comisión el diputado macrista Federico Pinedo , la ex diputada socialista María Elena Barbagelata y el ex ministro de Seguridad bonaerense León Arslanian. Entre las modificaciones que se plantean, hay 178 delitos en los que las penas suben y 129 en que bajan. Además se crearon 85 nuevos delitos y hay 14 que desaparecen. A continuación, Gil Lavedra explica los puntos más cuestionados del anteproyecto: Eliminación de La reincidencia "La polémica en torno a la eliminación de la reincidencia es menor de lo que aparenta, porque en el régimen jurídico vigente la condición de reincidente trae como consecuencia el no poder ser beneficiario de la libertad condicional. [Artículo 14]. Como el anteproyecto elimina la libertad condicional, la reincidencia carece de sentido. Pero el actual Código Penal contempla la reincidencia como un elemento a tener en cuenta por los jueces en el momento de gravar la pena. El anteproyecto elimina esta circunstancia, por decisión de la mayoría, pero sí incluye los antecedentes en ocasiones de conceder o no la probation, por ejemplo. Con lo cual la única diferencia es esta, que se de una circunstancia para gravar la pena. Es algo muy cuestionado en cuanto a la constitucionalidad de la reincidencia, a la luz de la prohibición de la doble persecución por un mismo hecho. Es algo que divide a los doctrinarios, pero en definitiva tendrá que ser el legislador el que tome la opción que entienda más conveniente. La mayoría en la comisión entendió que se respetaba mejor el texto constitucional eliminándola [a la reincidencia], eliminando la posibilidad esta, tiene un efecto concreto, pero por supuesto que la cuestión es opinable. Me parece que ha habido mucho sensacionalismo respecto de este tema. Porque no cabe duda de que el juez, en el momento de graduar la pena, la tiene que mensurar adecuadamente. Lo que hemos eliminado es la reincidencia genérica". La excarcelación "Hemos asistido a una campaña absolutamente efectista. Con lo cual la enorme cantidad de consignas que se dictaron son falsas. Era para estimular o incentivar el miedo de la gente. Y mentirle además. Y crearles la ilusión de que su seguridad depende del monto mínimo de la pena o no. Dos aclaraciones: No solamente las provincias tienen toda la facultad de regular como quieran la libertad durante el proceso [la norma que determina cuándo un delito es excarcelable es el Código Procesal Penal de cada provincia], sino que hay algo sobre lo que tenemos que tomar consciencia y es que, en nuestro régimen constitucional y de acuerdo también a las decisiones de los organismos internacionales de Derechos Humanos, no hay ningún delito que por su naturaleza pueda ser inexcarcelable. Porque la [privación de la] libertad durante el proceso sólo depende de que el imputado eluda la acción de la justicia o pueda destruir pruebas". Eliminación de la prisión perpetua/ cambios en penas mínimos y máximas "Nosotros optamos por aquel monto de pena con el que la comunidad internacional castiga el delito más grave que se puede cometer en el universo: el genocidio, previsto así en el tratado de Roma, es decir, 30 años. Y si el máximo de la pena es 30 años, hacia abajo uno va aplicando proporciones. Por eso los cambios en mínimas y en máximas. Por supuesto también que es falso que haya una baja generalizada. Hay más subas que bajas [de las penas]. Y de todas maneras, si un delito tiene que tener 10 o 12 [años de pena máxima] es una cuestión obviamente opinable. Se pueden hacer cambios en esas escalas penales. Primero tiene que estar de acuerdo el Ejecutivo y después todo el Congreso de la Nación. Aborto [El anteproyecto aclara, aunque no modifica, la regulación penal del aborto] "Seguimos la doctrina de la Corte. Nosotros no quisimos avanzar sobre la interrupción voluntaria del embarazo, es decir, sobre una despenalización más importante. Más allá de las opiniones individuales de cada uno. Llegamos a un acuerdo de no avanzar sobre este punto precisamente para que el debate sobre el aborto no se tragara el debate sobre el Código Penal y por otro lado porque creíamos que esto requiere una discusión más extendida en la sociedad particular, que es lo que ha pasado en todas partes del mundo". Creación de delitos nuevos"Los delitos nuevos están en cuestiones que tienen que ver con la técnica, por ejemplo la utilización de los datos por Internet, algunas cuestiones del ambiente, la cibernética. En realidad a lo que recurrimos es a los proyectos argentinos y los códigos extranjeros".