El domingo (19/04/2015) acompañé a algunos miembros de la Sociedad de Historia Natural de Hull a Rievaulx, un pequeño pueblo enclavado en Yorkshire del Norte, junto al río Rye, en el Parque Nacional de los Páramos del Norte de Yorkshire. Rievaulx (Rye +”val” = “Valle del Rye”) es famoso por su antigua abadía cisterciense abandonada en 1538, cuando Enrique VIII disolvió los monasterios. Hoy en día, la abadía está en ruinas, pero se puede visitar (pagando, eso sí), ya que la gestiona English Heritage.
Rievaulx Abbey (29/03/2014)
Yo tuve la suerte de visitarla hace un año, y caminar por el interior de sus naves derruidas y exploré las ruinas, pero de una forma más turística. La visita del otro día se centró en observar la fauna y la flora de sus alrededores, en el bosque de Ashberry, sin entrar a la abadía. Hicimos una ruta circular que nos descubrió varias especies interesantes, entre plantas y animales, destacando la observación de dos mirlos-acuáticos (Cinclus cinclus gularis), trepadores azules (Sitta europaea), un halcón gerifalte (Falco rusticolus), este último probablemente escapado de una especie de zoo de rapaces cercano, un rápido colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus) que casi ni vi, y las primeras golondrinas del año. También pude ver durante dos milésimas de segundo un topillo rojo (Myodes glareolus) que desapareció veloz entre la hojarasca.
Nave central de la Abadía de Rievaulx (29/03/2014)
Como esta vez no traje cámara, las fotografías las tomé con el móvil, pero quedé satisfecho con ellas, a pesar de todo. La primavera avanza lentamente este año por las Islas Británicas, más que el año pasado, pero las prímulas, violetas y otras plantas de bosque florecían ya con efusividad, incluso los jacintos de bosque abrían sus primeras flores.
Tardías flores de un arbusto de endrino (Prunus spinosa) cercano a la abadía de Rievaulx, aquí florecía por lo menos tres semanas después que en Hull.
Mercurial (Mercurialis perennis), muy abundante en la zona, especialmente detrás de una pequeña iglesia que rodeamos y junto a la abadía.
Fresa (Fragaria sp.), creciendo ¡como una planta rupícola!
Una prima de la fresa, la fresa estéril (Potentilla sterilis), que crecía cerca de la anterior, en el jardín de una pequeña iglesia.
Orquídea de cuco (Dactylorhiza fuchsii), roseta basal. Crecía en una zona muy húmeda junto a un arroyo.
Violeta (Viola reichenbachiana)
Prímulas (Primula vulgaris), muy abundantes por la zona.
Anémonas de bosque (Anemone nemorosa), había zonas de sotobosque plagadas de flores blancas. Se desarrollan ahora aprovechando que las temperaturas han subido y los árboles no tienen hojas todavía.
Ajo de oso (Allium ursinum), otra de las plantas típicas de los bosques ingleses.
Lonchite (Blechnum spicant), uno de los cinco helechos que vimos por la zona.
Caminando llegamos a un pequeño puente, de esos que en las historias europeas guardan trolls debajo, que atravesaba el río Rye. Un aviso de uno de los naturalistas del grupo nos alertó de que, efectivamente, el río (que apuntaba maneras para que algún mirlo-acuático lo habitara) tenía presencia de esa especie. Había dos ejemplares de mirlo-acuático de la subespecie gularis que vive en esta zona de Gran Bretaña. Uno de ellos permaneció sentado mucho rato, tranquilo y medio dormido, al borde del agua, dejando fotografiarse.
Mirlo-acuático (Cinclus cinclus gularis).
Mirlo-acuático (Cinclus cinclus gularis). Se aprecia su gran pecho blanco.
Vale, no seáis crueles, las fotos están hechas con móvil y prismáticos, bastante bien salieron. Después de mirar los mirlos-acuáticos, seguimos por otro sendero que discurría por una zona de herbazales, paralela al río.
Hierba del almizcle (Adoxa moschatellina). Este género monotípico, es decir, que incluye una única especie, es un grupo hermano del género Sambucus, que hasta hace nada pertenecia a la familia de las Caprifoliáceas y ahora se agrupan ambas en la familia de esta minúscula plantita: las Adoxáceas. Podéis leer más (en inglés) haciendo click en Eriksson, T. y Donoghue, M. J., 1997.
Allí crecían algunos robles de imponente altura y cerca de uno de ellos, encontramos un faisán muerto. Bajo el cadáver, se revolvían algunos silfos de cuello rojo (Oiceoptoma thoracicum), un escarabajo de la carroña que vimos mucho ese día…
Un silfo cuellirrojo (Oiceoptoma thoracicum) desplazándose. Se aprecia la forma de las antenas y el final del abdomen, que sobresale por debajo de los élitros.
Otro silfo, algo más limpio. En este se distingue bien el tórax de aspecto oxidado.
Caminando y caminando, llegamos a una zona que podría considerarse “ancient woodland”, es decir, “bosque antiguo”, una categoría de bosque británico que cuenta con especies vegetales que no aparecen en bosques más modernos, pues el campo inglés está, digamos, “muy tocado” por la mano humana y no quedan zonas más o menos vírgenes. Siguiendo el sendero, descubrimos más animales, como el topillo que nombré antes, y plantas de interés:
Dos milpiés de la especie Glomeris marginata, ya conocidos en este blog.
Arianta arbustorum
Fomes fomentarius sobre un abedul.
Torvisco macho (Daphne laureola). Otro indicador de Ancient Woodland, vimos tres arbustos con muy buen aspecto, con flores. Sorprende que, allá de donde vengo, esta especie aparece en montañas altas.
Cerca de donde encontramos el torvisco macho, nos desviamos hacia el valle de nuevo, y allí, al borde del río, crecían muchos petasites (Petasites hybrida). El sol empezó a calentar con fuerza y de repente todo se llenó de dípteros, como diversas moscas abejas (Bombylius major), moscas cernidoras e himenópteros, que libaban néctar en las grandes inflorescencias de los petasites. Esta planta se introdujo en Gran Bretaña porque es una de las primeras plantas en florecer y ofrecer néctar a los insectos.
Flores de Petasites hybridus.
Fruto del heléboro verde (Helleborus viridis).
El sol calentaba la tierra y las mariposas también se animaron a hacer aparición, como esta C-blanca (Polygonia c-album) que incluso conseguí que se subiera a mi dedo:
C-blanca (Polygonia c-album)
Gran roble (Quercus robur) al borde de un camino.
Fue un día muy completo, en el que se elaboraron listas de plantas, aves y de invertebrados que podéis visitar haciendo click aquí y aquí.
Ortiga muerta (Lamium maculatum) en plena floración, una de las últimas plantas que vi, cerca ya de Rievaulx pueblo, volviendo al aparcamiento.
Restos de fauna que encontré en nuestro paseo: una pluma de cárabo común (Strix aluco), caracoles (Monacha sp.) y un mechón de pelo de tejón (Meles meles).