El Rijksmuseum se vanagloria los últimos días de haber sido el primer museo que ha logrado con éxito cambiar los flashes de los móviles y cámaras de fotos por lápices, papel y creatividad en estado puro.
Pero, lo que tal vez no conozcan tan bien es el origen de esta campaña. Curiosamente encuentra su razón de ser en una imagen tomada hace poco más de un año en el propio Rijksmuseum, el Museo Nacional de Arte de los Países Bajos.
La foto de la discordia es la siguiente:
Un grupo de jóvenes alumnos que se encuentran de excursión en el museo ignora por completo la complejidad de la Ronda de Rombrandt y prefieren permanecer con sus miradas inmersas en las pantallas de sus teléfonos móviles.
Actualmente esta es la fachada del Rijksmuseum:
No se ha prohibido las cámaras en el museo, como parece ser según este cartel. Sólo se le ha propuesto a la gente que empiece a dibujar y olvide que tiene el móvil en el bolsillo. La finalidad de sacarle una foto de una obra de arte, hemos de suponer, es tener un bonito recuerdo de ese moemnto, pero , muy probablemente esa foro no tenga ni la mitad de calidad que muchas de las imágenes disponibles sobre esa misma obra en la web.
En cambio, el hecho de intentar dibujar esos matices esas impresiones que te está causando una obra al contemplarla en directo es una sensación única que está a tu alcance si eres capaz de querer cambiar el móvil por un lápiz y comenzar a plasmar esos sentimientos en un trozo de papel.
Este es el estado actual del Rijksmuseum:
Como veis no es una cuestión de “saber dibujar” o de “que te dé vergüenza ponerte a hacer trazos ante un Rembrandt o un Renoir… Esta iniciativa trata de cómo el arte vence a las nuevas tecnologías, trata de conseguir impresionar más con los trazos que con los píxeles y trata de tener un recuerdo significativo de tu paso por el museo.
¿Qué te parece la iniciativa del Rijksmuseum? ¿Ante qué obra te pondrías a dibujar durante horas? ¿En que museo sacarías el cuaderno de dibujo?