Un día recibo un correo que dice quiero adoptar la perrita que está en su blog.
Cada vez que sucede este tipo de correo es una esperanza maravillosa que se abre para los perros del camino en tener una oportunidad para poder seguir sacándolos del lugar antes que los maten o mueran por atropello.
Nos pusimos de acuerdo para ir a buscarla. Llegamos al lugar, no la encontramos, buscamos a la perrita que nos íbamos a traer por todas partes, incluso hacia el otro lado del camino. Recorrimos casi todo el lugar, el calor era horrible, la sed se hacía sentir. No la encontramos, entonces le ofrezco que vamos a ver a otra que se parece a lo que él quería. Íbamos subiendo por el camino cuando de repente al costado derecho hay un cuerpo inerte a la orilla.
No puedo seguir, me detengo. Fue muy fuerte descubrir que quién estaba detrás de ese atropello era Rin. Mis lágrimas comienzan a caer sin querer. Me dirijo al auto a buscar un saco vacío grande de esos que me van quedando del alimento, mientras yo afirmo el saco, quien me acompaña me ayuda a ponerlo dentro, dejarlo en un lugar donde no lo puedan sacar y menos comer otros perros. Creo que es lo menos que puedo hacer cuando casi he creado lazos con algunos de aquellos abandonados.
Rin de seguro fue atropellado, tenía su cadera quebrada. Miro a Ramón que tiene sus ojos brillosos al preguntar, ¿Quién era Rin? Y empiezo a contarle lo que me sucede.
Rin llegó muy pequeño junto a su hermano Ron. Así les puse para que no les fuera difícil comprender cuando los llamara. Supuestamente eran hermanos a pesar de ser distintos en su apariencia, llegaron el mismo día, siempre andaban juntos, nunca se separaban. Vivían felices corriendo libres por el camino. Daba gusto verlos con que ganas llegaban a mi auto. De repente los encontraba mucho mas abajo o mas arriba de donde se habían quedado habitar. Ya imagino como estará Ron. Pobre, quedará solo deambulando, terminará de la misma manera si no lo saco antes. ¿Dónde está Ron? Me pregunta. Me voy al auto y le toco mi clásico sonido con la bocina, que conocen hace más de una década. A los segundos llega Ron, casi corriendo, me ve y lo primero que hace es irse al lugar donde estaba Rin, como queriendo decirme viste lo que pasó? Lo vuelvo a llamar para que se vaya mi lado, hacerle cariño es lo menos que puedo hacer, Ron se acerca, me mira con pena, sabiendo que había perdido a su mejor amigo, la pena vuelve a mi rostro. Ramón me dice:
Marce, no sigamos mas, me llevo a Ron. El perdió a su amigo y yo quiero un amigo.
No podía creerlo, nos abrazamos junto a Ron, lo subimos al auto. Ramón se vino mirándolo todo el camino, mientras Ron lo observaba confiado que estaba dejando atrás ese mal sueño y a su compañero muerto. Mientras cruzaba la carretera de la Ruta 5 hacia Quilicura, el aire entraba hacia el rostro de Ron que gustosamente sacaba su lengua.
Llegamos a la casa, bajamos a Ron, como siempre espero a ver si se acostumbra, Ramón lo invita a pasar para que la conozca.
Me despido con la seguridad que Ron estará mucho mas seguro en casa de la familia de Ramón.
A la semana siguiente me escribe Ramón para contarme de Ron. Fueron días de estar tranquilo, hoy ya ha empezado a jugar, es muy habiloso y a pesar de estar la puerta abierta no sale. Me espera a que yo llegue para sacarlo a pasear, pero no le gusta mucho, le tiene temor a los otros perros que se le acercan.
Hoy Ron es inmensamente feliz en ese hogar que lo acogió con todas sus debilidades.
Ramón, gracias a ti, Ron tuvo la oportunidad de salir de ese camino donde lo abandonaron, de lo contrario habría sufrido la misma suerte que Rin.
En recuerdo de un perro que a pesar de su abandono conoció las caricias de manos extrañas que lo acogieron con gran cariño.
NO MAS PERROS ABANDONADOS
Los perros del camino?... son todos aquellos que de una u otra manera estando perdidos o abandonados, Dios los pone en mi camino cuando paso...y algo me dice: tienes que detenerte, no puedes seguir...