Al menos 23 personas murieron en solamente tres días de confrontos entre la policía y los narcotraficantes, según la Policía Militar de Río de Janeiro (PM), en Brasil, a la 0h40 (horario local de verano) el jueves 25 de noviembre. Sin embargo no dijeron si los muertos eran o no eran criminales.
El último domingo 21 de noviembre los narco han iniciado una ola de violencia – arrastões – en la capital carioca, para protestar contra la instalación de las Unidades de Policía Pacificadoras (UPP) en diversas chabolas, más allá de la transferencia de ocho prisioneros para una penitenciaría de seguridad máxima en Catanduvas, en el estado de Paraná, al sur del país, que fue hecha el miércoles (24/11) con el apoyo de la Marina.
Hasta el momento 27 coches, siete autobus, dos furgonetas y un camión habían sido quemados. 47 personas fueron apresadas y 112 detenidas. Dos policías están heridos.
Las autoridades han aprehendido armas, bombas, granadas y gasolina.
El miércoles (24/11) el gobernador Sérgio Cabral pidió para la población calmarse y dijo que los criminales estarían desesperados con su política de seguridad pública que se inició desde el 2007, cuando ha obtenido el control del estado.
La policía informó que va a reducir los días de descanso y que unos 17,500 estarían en estado de alerta.
La violencia en la “Ciudad Maravillosa” ya repercutió mundialmente. Los periódicos, como los españoles “El País” y “El Mundo”, y el argentino “Clarín”, destacan que dicha ciudad va a acoger la Copa del Mundo (2014) y los Juegos Olímpicos (2016).