La artista peruana residente en New York, Grimanesa Amorós, se inspiró en la cultura de los antiguos indios Hohokam, ubicados en la parte norte de Arizona 300 años D.C para diseñar su instalación de luz en Arizona, Golden waters.
Fueron una de las primeras culturas que dependieron de los canales de irrigación. La ingeniería ambiental de las comunidades mejoró el acceso al agua del río y ayudó a mejorar también la calidad vida de sus habitantes.
La artista, que trabaja en diferentes formatos, se preocupa en destacar en sus trabajos la concentración de la mirada de los espectadores, alentándolos a que recorten y se apropien del espacio de aquello que ven. Trabaja por una mirada que sea consciente de sí misma y que disfrute aquello que recorta para ver. Por eso sus esculturas públicas de sitio específico se organizan a partir de la luz, una suerte de guía random que invita al espectador a armar su propio recorrido.
Partiendo de estas ideas e inspirada en los canales naturales de Arizona, GOLDEN WATERS (Aguas Doradas) es una instalación a gran escala basada en la luz. Este proyecto está montado en las firmes estructuras del Puente Soleri, ubicado justo al sur oeste en la intersección de las calles Scottsdale y Camelback.
“También me interesó la forma en que nuestros cuerpos reaccionan y se definen hacia una relación con cualquier condición medioambiental dada. Por ende, uno puede sentir la presencia del agua y la naturaleza con tan solo pararse cerca de la instalación. Dará la impresión de que la pieza se eleva desde las aguas del canal mientras se unen a éste como si fueran una sola” cuenta Grimanesa Amorós.
Las líneas verticales y horizontales de la estructura buscan expresar la metáfora de que el equilibrio dinámico entre las fuerzas urbanas y naturales puede experimentarse simultáneamente. Los espectadores se van a sentir atraídos hacia el trabajo y verán el impacto que la pieza tiene en su perspectiva de la naturaleza y el paisaje.