Esta es la primera vez que hago risotto, Juan prefiere el arroz más suelto y básicamente es por eso que no me llevaba la vida hacerlo. A los dos nos encantó el resultado, por lo que habrá que repetirlo!
Da más trabajo que hacerlo de otra manera, no lo puedes dejar cocer y ponerte a otra cosa mariposa... Hay que estar pegada a él y removerlo continuamente, pero merece la pena. Cremosito y delicioso, y con el acompañamiento del pesto de tomates secos y almendras que os enseñé el otro día más rico todavía.
INGREDIENTES:
- 1 vaso de arroz
- una cebolla
- chorro de vino blanco
- aceite
- caldo de verduras
- sal
- pimienta
- nuez de mantequilla
- pesto de tomates secos y almendras
PREPARACIÓN:
Poner el caldo en un cazo y mantenerlo caliente.En un poco de aceite pochar la cebolla. Añadir el chorro de vino blanco, dejar evaporar e incorporar el arroz. Sofreir ligeramente e ir añadiendo el caldo cazo a cazo, no añadiendo el siguiente hasta incorporado el anterior, removiendo continuamente hasta que el risotto esté listo (unos 20 minutos en mi caso). Poner un toque de sal y añadir al final una nuez de mantequilla removiendo hasta su incorporación.
Yo lo serví con el pesto a parte. Que cada cual ponga la cantidad que desee y luego lo incorpore al risotto.