Ritmo circadiano: qué es y cómo afecta al sueño

¿Qué es el ritmo circadiano?

Se conoce como ritmo circadiano a los diferentes procesos o cambios de estados en que el organismo sufre a lo largo de un día.

Uno de los reguladores de este ciclo es el antagonismo entre luz y oscuridad que se da entre el día y la noche, lo que afecta a los organismos y seres, como por ejemplo a los seres humanos, en su actividad.

Ritmo circadiano y trastorno del sueño

Uno de los determinantes de un correcto o mal funcionamiento del ritmo circadiano en una persona es la alteración o trastorno del sueño.

Esto ocurre cuando hay un cambio en el ritmo de sueño y vigilia, lo cual altera por completo el correcto funcionamiento vital de la persona. Es lo que se conoce como insomnio o trastorno del sueño.

Se considera un ritmo circadiano normal el hecho de que una persona se despierte con la luz y se vaya a dormir poco después de que se haga de noche. Esto es relativo, en parte, al contexto cultural y climático o regional, ya que en algunas zonas del planeta y durante el invierno, el día es particularmente corto.

Dieta y hormonas

En el hipotálamo, un área del cerebro que se encuentra debajo del tálamo y encima de la glándula pituitaria, se regula, entre otras funciones vitales, el reloj biológico.

Los órganos, por su parte, aumentan o disminuyen su actividad a lo largo de todo el ciclo.

Esto actúa junto a hormonas como la melatonina, la cual es sintetizada a partir del aminoácido esencial triptófano. Esta hormona aumenta su producción por la noche, contribuyendo a la inducción al sueño, y disminuye su actividad por la mañana, a medida que avanza el día.

Con el cortisol sucede algo similar a la melatonina, ya que esta hormona producida por la glándula suprarrenal, encargada de regular los niveles de estrés en las personas, también reduce su alcance durante el sueño.

La dieta puede provocar un desbarajuste en el ritmo circadiano, y puede alterar el sueño y la vigilia, así como los distintos procesos digestivos que actúan por el día.

Este es uno de los motivos por los cuáles no es bueno comer justo antes de ir a dormir, ya que los órganos que trabajan en la digestión están menos activos durante el sueño.

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