River campeón de todo 1986: 'Era un equipo de hombres'

Alguna vez, consultado por la prensa, Oscar Ruggeri definió al River multicampeón 1985/86 como “un equipo de hombres”. Hombres y nombres de gran peso y jerarquía llevaron al conjunto de Núñez a ganar el torneo de aquella temporada por diez puntos de diferencia, cuatro fechas antes del final del certamen.

Enzo Francescoli vivió su temporada su consagratoria en aquel torneo, luego de un difícil comienzo en la institución, siendo goleador del equipo y del campeonato, con 25 tantos, y la figura excluyente de una temporada inolvidable para los hinchas millonarios.

River venía golpeado, de temporadas que merodeaban la mediocridad y los últimos puestos, incluso con muchos nombres que se repetían para ese año. Héctor Veira y Enzo Francescoli, entre ellos, como mayores exponentes. “Uruguayo, uruguayo”, era cántico que bajaba fecha tras fechas de las tribunas. Pero los elogios y aplausos no eran únicamente para el ex Wanderers.

Claudio Morresi, Luis Amuchástegui, Roque Raúl Alfaro, Nelson Gutiérrez, Nery Pumpido y el mismísimo Norberto “Beto” Alonso fueron algunos de los nombres de un River que dejó una profunda huella en la historia futbolera argentina.

Tras la consagración, Hugo Santilli, presidente riverplatense por ese entonces, concretó la venta de Francescoli al Racing Matra de París, Francia, por lo que Veira, mientras festejaba el título con su larga melena rubia, ya debía planificar la reestructuración del plantel que meses más tarde afrontaría la tan ansiada Copa Libertadores de América.

Para reemplazar al talentoso y desgarbado goleador uruguayo, se incorporaron Antonio Alzamendi y Juan Gilberto Funes, nada menos. Alonso recuperó su lugar en el once inicial y entonces sí, se iniciaba la aventura en pos de conseguir aquella esquiva gloria continental.

En la primera fase fueron rivales Boca, Wanderers y Peñarol, a quienes River superó sin problemas, post debut con empate en la Bombonera. El formato de la Libertadores, por aquel entonces, indicaba que el último campeón, Argentinos Juniors, se incorporaba recién en la segunda y semifinal etapa.

Allí, River debió medirse con los “bichos colorados” y con Barcelona de Guayaquil, mientras que en el otro grupo estaban Bolivar, América de Cali y Olimpia. Tras un infartante desempate contra Argentinos en la cancha de Vélez, los de Veira se clasificaron para la final contra el conjunto colombiano, último subcampeón.

Tercera final, luego de las dos perdidas con Cruzeiro y Peñarol, y durísimo primer partido en tierras caleñas, pero ese “equipo de hombres” se impuso por 2 a 1 con goles de Alonso y Funes, acompañados de intratables delanteros como Alzamendi y Ramón Centurión.

La revancha fue pura tensión en el Monumental hasta que Héctor Enrique robó un balón en la mitad de la cancha, se la dio al difunto “Búfalo” Funes, quien venció a Julio César Falcioni y ahí sí, el cielo con las manos, por fin.

Pero la aventura de aquellos hombres no se terminaría aquella noche gloriosa en el Monumental ante los ojos decepcionados de Falcioni, Ischia, Gareca y Cabañas, ya que en diciembre, en Japón, lo esperaba el Steaua de Bucarest, vencedor del Barcelona en la final de la Copa de Campeones de Europa.

El 14 de diciembre de 1986 fue la fecha indicada y Antonio Alzamendi el elegido para llevar a River, por fin, a lo más alto del planeta futbolero, lugar al que no logró volver hasta ahora.