Revista Deportes

River, de un extremo al otro

Publicado el 15 junio 2011 por Marianofusco

River, de un extremo al otro

Hasta la fecha, Daniel Passarella ha tenido dos ocasiones para elegir al entrenador de River. Cuando alcanzó la presidencia del club, ya cargaba con la herencia del Negro Astrada. Lo despidió por teléfono tras una serie de malos resultados y las pocas respuestas que se veían. Eligió personalmente a Ángel Cappa, cuando la mayoría de la dirigencia quería a Ramón Díaz. Apostó por el estilo de Cappa, en plena efervescencia con el recuerdo todavía fresco de su Huracán de toque y juego. El ex colaborador de Menotti terminó igual que Astrada, despedido, y el Káiser volvió a elegir, esta vez por la continuidad de JJ López, tras su buena camapaña como interino en los seis duelos restantes del Apertura 2010. Un estilo contrapuesto, en las antípodas del de Cappa.

Con Cappa, River dio deñales interesantes cuando asumió en los partidos que quedaban tras la salida de Astrada. A la hora de empezar el siguiente torneo, fue un equipo fantasmal, que sumó buenos resultados sin nunca convencer ni trasladar lo que prometía. Cappa pregonaba el estilo ofensivo y de buen juego que caracterizó la historia del club. Sólo en teoría, porque en la cancha fue un equipo que intentó atacar con mucha gente, pero lo hizo casi siempre mal, con las lineas desconectadas, sin ningún hilo conductor, con una venda en los ojos y chocándose contra una pared, dejando la defensa continuamente expuesta y con el equipo totalmente partido. Si no era Almeyda, nadie recuperaba. Por eso no fue casualidad que llegara a la racha de siete partidos sin triunfos, justo cuando perdió al Pelado por lesión. Más que nunca se vio que la coordinación defensiva no estaba afinada.

Con Jota Jota, la primera tarea fue solidificar ese circuito defensivo anémico. En esos encuentros como interino, el juego ofensivo de River no mejoró ni empeoró, pero sí se lo vio más precavido y cauteloso para armarse de atrás para adelante. Dejó de tirar gente al ataque sin sentido, como pasaba con Cappa, para sostener más firmeza y equilibrio. River recuperó estabilidad, se reacomodó y dejó de ser un regalo en defensa. El problema es que se fue pasando al otro extremo. Es un elemento importante no recibir goles, de hecho el equipo de Jota Jota es el segundo conjunto menos goleado -13 tantos en contra-, pero es una cualidad estéril si se pierde toda la audacia en ataque. River precisó de mayor ambición en ciertos pasajes del campeonato, se jugó finales que debía ganar, pero pareció conformarse con no perder y dejó pasar chances. Es, junto a All Boys, el cuadro que menos goles hizo en lo que va del torneo -apenas 14 gritos-.

Pasó de tener unas ganas desbordantes de atacar, mal llevadas a cabo e imprudentes sobre el césped, a una timidez, por momentos, abismal, al punto de salir con siete jugadores de características defensivas, con un exceso de prudencia contraproducente. De un extremo al otro, termina sin servir, por más que haya mejorado en un aspecto del juego. De un extremo al otro, River sigue sin ideas ni un guión establecido para ir al frente. Por eso hoy gran parte del público millonario tiene más confianza en que finalmente se salvarán de la Promoción gracias a los resultados ajenos que a la propia capacidad de este conjunto.

Cappa sumó 27 puntos en 18 partidos, con una racha de siete partidos sin victorias que lo terminó ahorcando. Jota Jota acumula 39 en 24 encuentros hasta el momento. Lleva seis partidos sin ganar, y si no lo hace contra Lanús, igualará la serie de choques que le puso final al ciclo Cappa.


Volver a la Portada de Logo Paperblog