La cancha era una fiesta repleta de invitados y estaba todo listo para que termine la odisea de River en la B Nacional. Pero como en casi toda la segunda parte del campeonato el conjunto de Matías Almeyda no mostró su mejor cara y perdió ante un Patronato que le quitó la ventaja que le había dado la semana pasada al ganarle a Central. Ahora el Millonario, siempre y cuando el Canalla gane mañana, deberá ganarle a Almirante Brown en el Monumental y esperar que los otros tres partidos le traigan buenas noticias para retornar a Primera…
Era una final y en una final no te pueden hacer un gol de pelota parada a los cinco minutos. Menos si el centro viene desde 3/4 de cancha y el rival (Acosta) le cabecea en el área chica a un Vega al que un día se le va a caer el travesaño en la cabeza. Eso no impidió que el Millonario sea más que Patronato en el primer tiempo. Pero tuvo dos grandes problemas: su ineficacia de cara al arco rival o las manos de Bertoli, la figura del partido.
Pero como en las fechas pasadas se escuchó decir por los pasillos del Monumental ‘no es hora de jugar bien sino lo único que importa es ganar’. Con ese mismo criterio lo que River mereció hoy no tiene sentido analizar. Pero lo más justo habría sido que el visitante se fuera al descanso empatando.
El complemento sacó lo peor de River. Nervioso, sin fútbol y con una gran cuota de desorden los de Almeyda fueron por inercia pero sin claridad. Hasta que llegó el minuto 43 y el penal de Boggino al ingresado Funes Mori. La responsabilidad fue del Chori Domínguez, quien pateó al medio y vio como Bertoli completaba una tarde perfecta, y sobretodo vio como River se sumergió en el mar de dudas que parecía haber superado. Queda una fecha y muchas cosas pasarán hasta el sábado. ¿Será la última escala de River hacia el ascenso tan buscado? Con este equipo nunca se puede preveer.