Lo que cuesta, vale, dice el popular refrán. Y a River últimamente las cosas le están costando mucho más de lo imaginado. Por eso debe valorar muchísimo el triunfo conseguido por 2-0 ante Huracán, a pesar de haber jugado nuevamente muy mal, ya que le permite mantenerse como escolta del lider Instituto, justamente su próximo rival.
A pesar de que en la semana había derrotado a Quilmes para avanzar a los cuartos de final de la Copa Argentina, el millonario traía sobre sus espaldas el peso de la dura derrota de la fecha anterior ante Atlanta. Con cambios obligados por las suspensiones de Ramiro Funes Mori y Juan Manuel Díaz, Matías Almeyda decidió resignar el famoso tridente, sacar al mejor jugador de las últimas fechas (David Trezeguet) y volver al esquema táctico que mejores resultados le dio en el campeonato, el clásico 4-4-2.
No le salió bien la apuesta en el primer tiempo. No logró manejar la pelota, no generó ataques peligrosos y el nerviosismo empezaba a dominar la escena. Por eso, minutos después de iniciarse el complemento, el entrenador decidió patear el tablero: reemplazó a los laterales Abecasis y Vella para hacer ingresar a Trezeguet y César González.
Enseguida llegó el alivio: una buena pisada de Ezequiel Cirigliano, un pase en profundidad de Carlos Sánchez y un desborde del recién ingresado venezolano. El defensor Hernán González se anticipó a su propio arquero y metió la pelota en el fondo de la red. Para colmo de males para la gente del Globo, dos minutos después se fue expulsado Alexis Ferrero, en su regreso al Monumental tras el descenso.
A diferencia de otras ocasiones, cuando encontraba el funcionamiento una vez conseguido el resultado, River siguió brindando un mal espectáculo a pesar de estar en ventaja. No pasó sobresaltos, pero nunca pudo hacerse dueño del balón. La tranquilidad definitiva llegó a los 36 minutos, con un contraataque comandado por los dos hombres más discutidos de la semana. El Chori Domínguez asistió a Fernando Cavenaghi, quien definió al primer palo para subirse a la cima de la tabla de goleadores y sellar el resultado.
Después, solo quedó tiempo para que Cristian Tavio se fuera expulsado por lanzar una patada voladora a la cara de Trezeguet. Ganó River, y con eso debe quedarse. Necesita mejorar, sobre todo de cara al trascendental duelo de la próxima semana ante el puntero Instituto, que le lleva un punto y puede estirar ese margen a 4 cuando mañana enfrente a Atlanta. Pero logró sumar de a 3 nuevamente, paso imprescindible si quiere volver a Primera División. Aunque cueste…