La simpleza de Saitama.
La simpleza de Saitama no se queda solo en su diseño, su forma de pensar también se ve afectada. Para él, el enfrentarse a un monstruo o no, no depende de si está haciendo el mal o de si debe hacerlo para salvaguardar las vidas de inocentes... lo que decanta su decisión es algo mucho más trivial, como por ejemplo si ese día le coincide con las ofertas de una tienda o no xDD. Este tipo de razonamientos parecen una auténtica chorrada (y lo son), pero son lo que consigue que te partas de risa con este personaje.Este tomo está plagado de estas perlitas deductivas de Saitama. Además aparecen varios personajes muy interesantes, un par que parecen pertenecer a una organización maligna y que pueden llegar a ser enemigos del protagonista en un futuro (aunque viendo lo que le duran a este hombre los rivales... nunca se sabe). Y luego está un ninja que me ha encantado, su diseño es bueno, pero sobretodo me ha gustado su personalidad. Es el típico fanático de la lucha, un cliché de los shonen de peleas al que le pierde el encontrar rivales a su altura que pongan a prueba sus habilidades. Sé que es un más de lo mismo, pero el hecho de que tenga que relacionarse con Saitama hace que sus reacciones sean diferentes a lo normal, y me encantan.El origen de la fuerza sobrehumana del protagonista es un chiste, o por lo menos el que cree él que es el origen, lo es (seguramente haya alguna otra explicación... o eso creo o-o). Las escenas de acción son muy vistosas, vale que no suelen durar mucho, pero están muy bien dibujadas. Me resulta curioso cómo se va entrelazando la historia de Saitama, con las diferentes subtramas que se van cerrando en el mismo tomo en el que salen (a excepción de la de Genos), no se cuenta mucho pero se va desgranando poco a poco todo.Este segundo tomo es igual de bueno que el primero, lo he leído muy rápido y eso es porque este manga entretiene muchísimo. Espero con ganas el siguiente.