El éxito de una revolución es una empresa de gran envergadura...no nos engañemos al respecto. En un Estado moderno, complejo y altamente industrializado, una revolución no pueden hacerla un puñado de conspiradores murmurando en torno a una miserable vela entre unas ruinas abandonadas. Requiere un personal numeroso, pertrechos, maquinaria moderna y armas sofisticadas. Y para manejar todos estos factores con éxito es necesario lealtad, sigilo y una organización superlativa. [...]
...Empecé a darme cuenta de que la ocultación es la clave de toda tiranía. No la fuerza, sino la ocultación...la censura. Cuando cualquier gobierno, o cualquier iglesia en nuestro caso, empieza a decir a sus súbditos: "Esto no debéis leerlo, esto no debéis verlo, esto os está prohibido conocerlo", el resultado final es la tiranía y la opresión, no importa cuan sagrados sean los motivos. Poca fuerza se necesita para controlar a un hombre cuya mente ha sido vendada; por el contrario, ninguna fuerza puede controlar a un hombre cuya mente es libre. No, no hay tortura, no hay bombas de fisión, no existe nada...no se puede conquistar a un hombre libre, lo máximo que puedes hacer con él es matarlo.
Robert A. Heinlein. "Si esto continúa..." (1940). Novela corta incluida en Historia del futuro.
El éxito de una revolución es una empresa de gran envergadura...no nos engañemos al respecto. En un Estado moderno, complejo y altamente industrializado, una revolución no pueden hacerla un puñado de conspiradores murmurando en torno a una miserable vela entre unas ruinas abandonadas. Requiere un personal numeroso, pertrechos, maquinaria moderna y armas sofisticadas. Y para manejar todos estos factores con éxito es necesario lealtad, sigilo y una organización superlativa. [...]