Sobre estas líneas podéis ver cómo trabaja Kasper, un robot desarrollado por la Universidad de Herfordshire (Reino Unido), que entró a formar parte de un programa de terapia y desarrollo para ayudar a los niños autistas a comunicarse. El robot es el resultado de siete años de investigación en los que se ha trabajado con un grupo de 50 niños autistas, a fin de poder definir sus características para que pueda tener un impacto real y positivo en la vida de los niños que sufren trastornos de espectro autista.
Kasper es un robot cuyo rostro apenas es expresivo se mueve como un autómata, sus frases son repetitivas y su tono es siempre el mismo, parece ser que todas estas características facilitan que los niños se sientan cómodos con el robot, la interacción con él ha permitido que en un periodo de seis meses los niños mejoren en la manera en la que se comunican. Ya hace más de un par de años que se trabaja en las terapias y los resultados obtenidos son satisfactorios, de hecho, se han construido más robots para poder iniciar el programa en otros centros para niños autistas.
Como decíamos, el robot que ayuda a los niños autistas a comunicarse es repetitivo y gracia a ello algunos niños mejoran sus habilidades de comunicación social al interaccionar con él. Este robot tiene la capacidad de complementar los métodos existentes de atención a los niños con autismo, puede ser utilizado por maestros, terapeutas y padres, es una contribución muy positiva en los niños autistas y sus familias. Es un robot que a los niños les resulta cómodo, divertido y educativo, cada semana juegan con él bajo la supervisión de un adulto.
Kasper se desarrolló teniendo en cuenta las reacciones autistas en determinadas situaciones sociales y comunicativas, para los investigadores era muy importante que el robot pudiera ser accesible y predecible. Tiene una apariencia humana pero con funciones del rostro muy simplificadas, algo que como hemos indicado, hace que los pequeños se sientan cómodos. En las investigaciones realizadas se ha demostrado que un robot que pueda ser muy real es desconcertante para los niños y no aporta ningún beneficio. Los investigadores han tenido en cuenta todos los detalles a la hora de fabricar este robot, mínima expresión del rostro, su tamaño y la postura que debe adoptar, la ropa que lleva, todo para que los pequeños lo vean como un juguete con el que pueden divertirse e interactuar.
Otra parte complicada del desarrollo ha sido el programa de juegos que lograsen mostrar al robot como un amigo y no como un elemento amenazante. En principio Kasper tiene apariencia de niño, aunque ya se está trabajando para que tenga apariencia de niña con la finalidad de poder reflejar algunas diferencias básicas como el sexo. Su rostro liso, sin arrugas y expresiones, totalmente neutro, permite que los niños construyan una personalidad para el robot, es como ofrecerles un lienzo en blanco para que pinten lo que quieran.
Aunque es un robot bastante simple, que nada tiene que ver con los robots actuales capaces de realizar diferentes acciones e interactuar a un nivel muy elevado con las personas, detrás de Kasper hay un trabajo extenso al que se le han dedicado muchos esfuerzos. No es la primera vez que hablamos del uso de robots como herramientas educativas para los niños autistas, podemos recordar por ejemplo a NAO, un robot que tiene la misma finalidad que Kasper.
Poco a poco la robótica terapéutica avanza convirtiéndose en una magnifica herramienta educativa para niños con necesidades especiales, posiblemente llegará un día en el que todos los centros dispongan de un robot para poder ayudar a desarrollar las habilidades sociales y comunicativas en estos niños.
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Robot que ayuda a los niños autistas a comunicarse