¡Hola, amig@s!
Hoy os traigo un pequeño librito de lectura deliciosa, publicado por Casimiro libros. En él Georg Simmel, filósofo y sociólogo alemán (1858-1918), nos deja sus impresiones- realmente interesantes- sobre Roma Florencia y Venecia, el espíritu de esas ciudades, verdaderas obras de arte.
Hagamos un pequeño viajecito...
ROMA"El que en Roma uno no se sienta apabullado sino, por el contrario, en plenitud de sí mismo es sin duda reflejo de que la autonomía de nuestro espíritu ha alcanzado su máxima expresión. En ningún otro lugar del mundo la feliz contingencia ha dispuesto los objetos de manera más propicia para incitar a nuestro espíritu a desplegar toda su fuerza y reunir en semejante unidad tal variedad de realidades inmediatas. Esta es también la razón por la que Roma deja una huella tan indeleble en nuestra memoria."
-o-0-o-
FLORENCIA
"Cuando desde lo alto de San Miniato uno contempla Florencia, rodeada por sus montañas y atravesada, cual arteria vital, por su río, el Arno; cuando henchida el alma del arte que colma sus galerías, palacios e iglesias, paseamos en la tarde por sus colinas cubiertas de viñedos, olvidos y cipreses; cuando cada sendero, villa o campo rezuma cultura y pasado; cuando todo parece envuelto en un velo del espíritu, entonces uno presiente que quizá, aquí, en Florencia, la oposición entre naturaleza y espíritu quedó atrás."
-o-0-o-
VENECIA
"Quizá no exista otra ciudad en la que la vida venga marcada por un único ritmo. Ningún animal de tiro o vehículo distraen la mirada con su velocidades cambiantes; las góndolas siguen los mismos pasos que los paseantes. Y en esto se asienta el ya secular carácter 'onírico' de Venecia. La realidad siempre nos suele sobresaltar. El alma, abandonada a sí misma o sujeta a una influencia constante, tiende a permanecer estable, y sólo un cambio en las impresiones externas rompe su quietud. De ahí que las impresiones sostenidas hipnoticen, de ahí que un ritmo que nos atrapa en su repetición nos sume en un estado de crepuscular irrealidad. Por su monotonía, los ritmos venecianos nos privan de los estímulos y sobresaltos gracias a los cuales podemos alcanzar una conciencia plena de la realidad y, en cambio, nos adentran en el sueño, en un estado donde de las cosas sólo quedan sus apariencias."
¿Apetece o no apetece pasarse unos días por allí? ¿O quizá os apetezca más otro destino?
¡Gracias por vuestros comentarios! Nos leemos...
Marcapáginas 205