En mi próxima novela conoceréis a un hombre muy atractivo que sufre por el amor.... de otro hombre. No puedo decir nada más, pero adoro a este par de machos alpha puros. ¿Es posible el amor romántico, ese que se lee con un nudo en el corazón y hace suspirar a lectoras, protagonizado por dos hombres? La respuesta es sí, a la vista del gran éxito que tienen las novelas de romance homoerótico, sobre todo en los Estados Unidos donde la editorial Elloras Cave ha encontrado un filón.
Nunca pensé que podrían gustarme las historias de chicos, hasta que leí hace unos tres años el magnífico relato COMO UN TORRENTE de Rosana Briel. A partir de ahí descubrí la sabia combinación de sensibilidad y erotismo de la novela corta SEGUNDAS OPORTUNIDADES de Aeren Iniesta. Por curiosidad indagué entre esta narrativa en el mercado anglosajón y leí también un par de novelas gráficas yahoi japonesas. Mi sorpresa fue constatar que las historias de amor y alto contenido sexual entre hombres, además de tener un público mayoritariamente femenino, estan casi todas escritas por mujeres.
No voy a hablar de la homosexualidad en la literatura a lo largo de los siglos. Si queréis saber más, os recomiendo HISTORIA DE LA LITERATURA GAY de Gregory Woods, porque desde los albores de la humanidad se viene escribiendo sobre el amor y deseo entre personas del mismo sexo.
Las historias gays no son nada nuevo en la literatura romance. Durante los años 40, 50 y 60 se publicaron muchas novelas pulp fiction de temática gay, tanto de chicas como de chicos.
Pero en la narrativa romántica tradicional a partir de los 70 el gay sólo aparecía como villano antagonista de la heroína (EL TUTOR de Robin Schone), como personaje gracioso o como el amigo perfecto de las chicas en las novelas chick-lit. Hasta que algunas autoras decidieron sacar el género del armario, como la irlandesa Marian Keyes en POR LOS PELOS o la americana Suzanne Brockman en PASIONES CRUZADAS incluyendo parejas gays, si no entre los protagonistas, sí como personajes de peso en la trama. En noviembre de 2007 la revista Tiempo publicó un interesante artículo de Andrea Robles, LA NOVELA ROSA SALE DEL ARMARIO, en el que se destaca el auge de las novelas en los últimos años en las que "chica conoce a chica". Yo reconozco que no he leído ninguna pero me consta su éxito, dado que las que publica la Editorial Egales aparecen contínuamente en las listas de más vendidos de algunas librerías on line.
En pleno siglo XXI todos tenemos claro que el amor no entiende de etiquetas, que los libros son libros y que abierta está su lectura para quien quiera acercarse a ellos con absoluta libertad. Así, volviendo a la literatura homoerótica estadounidense, yo prefiero las novelas en las que el amor de pareja es el eje de la trama y que acaban con un emocionante happy end, exactamente lo mismo que pido cuando abro una novela romantica protagonizada por un hombre y una mujer. En el género homoerótico tienen mucho éxito las historias paranormales, de ciencia ficción, fantasía urbana, BDSM, los tríos y las series que nunca se acaban. Quizá por eso no me acaba y sólo he leído un poco de D. J. Manly (super romántica MACHOS ALPHA), Evangeline Anderson (su ROMPIENDO LOS LÍMITES es la única novela de ciencia ficción que he leído en mi vida y me gustó) y algo más de Carol Lynne. Si queréis conocer libros, autoras/es y opiniones de las lectoras/es, en el foro BUSCADORAS DEL PLACER existe una sección específica. Interesantísimo también el artículo de Justo Molina VAMPIROS, HOMOSEXUALIDAD Y LITERATURA, en el que repasa el trasfondo gay en la literatura vampírica, desde Polidori hasta los Cullen, y la mejor aceptación por parte de la sociedad decimonónica de la carga lésbica de las vampiras que las alusiones veladas a relaciones entre vampiros macho.
A estas alturas os estaréis preguntando cuáles son las dulces tentaciones del título de esta entrada. Pues resulta que ésta última autora me descubrió un dulce típico americano que aparece en casi todas las novelas de su serie CATLE VALLEY: los cinnamon rolls, que probé por primera vez gracias a la tienda Taste of America en Valencia y que devoré por docenas cuando estuve el mes pasado en Nueva York conociendo los escenarios reales de mi novela DELICIAS Y SECRETOS EN MANHATTAN. ¿Cómo no iba a compartir con vosotros estos rollitos de canela que el reverendo Sharp descubrió en la pastelería de Kyle si Carol Lynne los saca a colación en casi todas sus novelas? En America's Test Kitchen encontraréis la receta con fotografías paso a paso y aquí os dejo el recuerdo (¡porque ya no queda ni uno!) de los que hice yo anoche. Deliciososos, dulces, aromáticos, irresistibles... puro pecado.