Nadie está conforme con la situación en Cuba. La mayoría nos cansamos de mencionar las cosas que no funcionan y que hay que cambiar y esto lo piensa tanto el Cubano de a pie, como el funcionario del gobierno, como el exilado o emigrado que vive en cualquier lugar del mundo.
Ideas sobran y muchas de ellas en Cuba, pero hay actitudes en las que no solo no se analiza la idea, sino que se combate, al que la expresó y por eso los actos de repudio, las detenciones y los golpes. Pero las ideas no se matan a golpes sino con razones y en Cuba el gobierno ha perdido la capacidad de razonar, de negociar, de hacer cambios sin miedo y parece enquistado mientras el pueblo padece. Muchos han perdido la capacidad de promover cambios y eso es fatal en toda sociedad.
El grupo en el poder no es receptivo a las ideas Y sabiendo que las cosas no funcionan en Cuba, solo busca a quien echarle la culpa y no las soluciones. La mayoría del pueblo en Cuba vive con una idea que le ha sido inculcada y recalcada aunque sea falsa. De tanto repetirse una mentira, la gente cree que es verdad. Eso limita la capacidad de generar ideas, la capacidad para analizarlas y menos proponer cambios.
Por eso voy a explicar algunas verdades que todos los cubanos debemos entender y aceptar para que la situación en Cuba mejore y los cubanos deseen quedarse y desarrollarse en su país. Que el talento cubano se aproveche en Cuba y no en otros países.
En los 57 años que el actual gobierno lleva en el poder, se han creado una serie de paradigmas que tenemos que romper porque representan una berrera infranqueable a que se produzcan cambios en Cuba. Y muchos de estos paradigmas los vivimos todos:
- Que todos los cubanos del exilio somos una mafia.
Esto es una falsedad. La mayoría de los cubanos que estamos fuera de Cuba nos dedicamos a trabajar y a ganar dinero para vivir y cuando podemos, ayudamos a los parientes que tenemos en Cuba y les mandamos dinero, medicinas o los visitamos. Los que somos activistas, lo que deseamos es que hayan cambios pacíficos que permitan que mejoren las condiciones económicas del país.
- Que los cubanos de afuera consideramos que los que están en el gobierno unos malvados.
Hasta hace poco, el único patrón en Cuba era el gobierno. De un poco tiempo para acá se permite el cuentapropismo, pero Los cubanos de Cuba son cubanos iguales que nosotros, que trabajan donde pueden, solo que les pagan mucho menos por lo que no les alcanza para vivir y tienen que buscar cómo resolver. Incluso la mayoría de los policías son personas comunes y corrientes dedicadas a guardar el orden y evitar asaltos. Desde luego hay un grupo minoritario que pertenece a la seguridad del estado, que abusa de su poder y viola sistemáticamente los derechos humanos de las personas. Estos “agentes” deben meditar y recapacitar y yo les aconsejaría que cambiaran su forma de actuar porque no debe quedar la menor duda de que en Cuba van a cambiar las cosas y pudiera ser que algún día tengan que enfrentarse a un tribunal y siguiendo un debido proceso, sean condenados a penas de prisión por haber cometido delitos ya que violar los derechos humanos de las personas es un delito penado.
- Que la única verdad es la de ellos.
Aquí ellos puede ser cualquiera. Los cubanos de afuera no creemos tener la única verdad ni imponerle al gobierno lo que debe hacer, pero tampoco el gobierno debe obligar al pueblo a que haga lo que un grupo quiere. Nadie debe imponer nada. Lo que pedimos es que se permita a todos opinar y discrepar libremente sin que eso se considere un delito. Y pedimos que el gobierno escuche las ideas de todos, las analice objetivamente y si tienen valor las implemente. El gobierno no es un poder superior al pueblo, sino es el pueblo mismo. Por eso todos debemos tener el derecho a opinar, a discrepar, y en todo caso a decidir con nuestro voto. Como pueblo exigimos que se permitan asociaciones políticas que piensen diferente y se rompa el monopolio del Partido Comunista y exista pluralismo para que se puedan proponer alternativas y que todos los cubanos, en un clima de plena democracia, podamos decidir nuestro rumbo mediante elecciones libres y secretas.
- Libre acceso a la información.
La única forma que existe para que nos acerquemos a la verdad, es cuando disponemos de toda la información. Por eso es indispensable que no se limite el acceso a ningún medio, que pueda haber una prensa libre, acceso irrestricto al Internet, estaciones de radio y televisión independientes, librerías con acceso a todo tipo de libros. Solo las personas informadas pueden formar su propia opinión, y eso no es malo.
- Que los cubanos de afuera lo único que queremos es recuperar las propiedades expropiadas.
Es natural que los que eran propietarios de las casas y empresas que fueron confiscadas por la revolución deseen obtener alguna compensación económica por ello, pero eso no es lo que mueve al exilio. La preocupación principal es la libertad de Cuba y su futuro, su viabilidad. No nos mueve el egoísmo sino el patriótico deseo de ser ciudadanos de un país libre.
- Que la mayoría de los cubanos en Cuba simpatizan con el gobierno.
Creemos que las personas tienen su opinión pero no tienen la libertad para expresarla. Sin duda hay algunos que simpatizan con el gobierno como también hay muchos que piensan que deben haber cambios. Por eso pensamos que tener un acceso libre a la información y que exista la posibilidad de crear organizaciones independientes del gobierno es bueno. El pluralismo no es malo ni divisivo, sino la expresión plena de la libre expresión de las ideas.
- Que los cubanos de fuera queremos tomar el poder para cortar cabezas y vengarnos.
Los cubanos queremos un sistema donde impere la justicia y no la venganza. La justicia implica un poder judicial independiente de los otros poderes, así como el pleno derecho a un debido proceso, así como la posibilidad de apelar si el veredicto nos resulta adverso, y todo ello, dentro de un marco legal bien definido. Si alguna persona comete un delito, debe ser juzgada, y de ser hallada culpable, debe ser condenada a una pena razonable que establezca un código de procedimientos penales. También deben existir atenuantes, y debe establecerse un sistema mediante el cual, el jefe del poder ejecutivo, o sea, el Presidente de la república, pueda otorgar indultos. La pena de muerte debe estar excluida como posible sentencia.
- Que la única forma de hacer dinero es explotando a los trabajadores.
Ganar dinero no es malo. Robar sí. Si una persona tiene una idea para poner un negocio, y lo hace y contrata a otras personas como empleados, los trata bien, respeta los sueldos convenidos, las jornadas de trabajo y les otorga como mínimo las prestaciones que las leyes establezcan, esa persona está haciendo algo correcto: Está creando empleos. Y si gana mucho dinero y paga los impuestos razonables que las leyes fiscales establezcan, tiene pleno derecho a disfrutar de los beneficios obtenidos. Eso motivará a otras personas a buscar también poner negocios, crear más negocios y en general, crear más oportunidades.
- Que el Capital y el Capitalismo son malos.
Para poner un negocio se necesita invertir cierta suma de dinero en instalaciones, máquinas, materias primas, etc. Ese es el capital y sin él no se puede poner un negocio. Por eso el capital no es ni bueno ni malo, sino indispensable. Y el gobierno requiere del capital privado, tanto nacional como extranjero porque los recursos que administra el estado, que son nuestros, son limitados. Los trabajadores necesitan que los capitalistas inviertan para que creen los trabajos que los trabajadores necesitan para vivir. De igual forma, los capitalistas o inversionistas necesitan de la mano de obra que aportan sus trabajadores para que su inversión pueda producir. O sea, Capital y trabajo se necesitan mutuamente y al crearse una empresa se establece cierta sociedad entre ambos.
- Que hay negocios y actividades que solo competen al estado.
Sin duda hay actividades privativas para el gobierno, que básicamente es el administrador de los bienes comunes. La defensa civil, los bomberos, la policía y similares. Pero las actividades de producción de bienes y servicios deben estar abiertas al sector privado. El gobierno no debe hacer una lista de las actividades permitidas. Todo lo contrario. Deberá hacer una pequeña lista de aquellas actividades reservadas al ámbito del estado y dejar todas las demás al sector privado y dejar que los precios los establezca el mercado
Nada de esto es malo, ni imposible. Solo se necesita tener voluntad de cambio para romper esos paradigmas que hemos creado y con ellos romper las cadenas que nos limitan. Eso es lo que quiere el pueblo. Cada día somos más los que lo pedimos y no creo que sea mucho pedir.
Desde luego, es muy difícil que un dirigente de apellido Castro, tenga el coraje de implementar estos cambios que solo un dirigente más joven, más capaz y más pragmático se puede atrever a hacer. Por eso es tan importante el cambio generacional que se realizará en 2018. Mientras tanto ayudemos a sentar las bases para que en ese entonces se realice una transición exitosa y una reconciliación nacional.