SINOPSIS: Lee la sinopsis de este libro pinchando AQUÍ
A pesar de que aún tengo pendiente de leer Assur, que la nueva obra de Francisco Narla estuviese relacionada con la visita de una delegación de samuráis a nuestro país en el siglo XVII me llamó poderosamente la atención. No había leído nada anteriormente en torno a estos hechos y eso provocaba que tuviese curiosidad por conocerlos más de cerca, por lo que me animé con su lectura.Ambientada en el siglo XVII, la novela nos traslada por un lado a un Japón que se haya envuelto en un conflicto político por la sucesión del heredero del taiko, preparándose para una nueva guerra civil en la que las dos facciones, a favor y en contra de Tokigawa Ieyasu, líder de los cinco miembros del Consejo de Regencia, intentan hacerse fuertes en los enclaves que serán estratégicos en las posteriores grandes batallas.Aunque la fortaleza de Fushimi intenta retener el máximo tiempo posible a las fuerzas del ejército comandado por el magistrado Ishida Mitsunari, quien pretende impedir que Tokigawa Ieyasu siga avanzando en su campaña de reunir un contingente con el que enfrentarse a sus opositores en el Consejo, se encuentra a punto de ser asediada por la superioridad del enemigo. Saigo Hayabusa, uno de los samuráis que defiende el castillo, está dispuesto a sajarse el vientre sin dudarlo si su señor así lo ordena, pero Torri Mototada, daimyo del castillo, tiene reservada otra misión para él, pues está convencido de que han sido traicionados.
Por otro lado, Dámaso Hernández de Castro, antiguo furriel de artillería en las batallas de Flandes, se prepara para partir hacia las Indias Orientales, donde entrará al servicio de don Antonio de Morga, oidor de la Audiencia en Manila. Con ello aspira a alcanzar una posición que le permita obtener la mano de la mujer que ama, Constanza de Accioli, hija de un noble siciliano y una de las damas de la corte de la reina Margarita. Sin embargo, pronto descubrirá que lo que en principio se presentaba como una oportunidad para mejorar su posición, no es en realidad más que una trampa para alejarle de su amada.
El destino hará que los caminos de estos dos hombres se crucen en un encuentro casual, forjándose entre ellos una amistad épica que acabará uniendo sus vidas para siempre.Sin duda lo primero que llama la atención en Ronin es su grosor pues estamos ante una novela de casi novecientas páginas. No obstante, una vez que comienzas a leerla Francisco Narla consigue engancharte a sus diferentes tramas de tal manera que vas avanzando páginas casi sin darte cuenta, disfrutando tanto del entramado de historias como del estilo narrativo del autor.Francisco Narla nos presenta su novela estructura en once magari, que es la palabra utilizada para designar cada uno de los turnos que corresponde, alternativamente, a cada uno de los dos jugadores que libran la batalla representada y contenida en el tablero de go. Cada uno de estos magari equivaldría a una parte en su obra y a su vez, cada uno viene subdividido en capítulos de diferente extensión. En todos ellos se utiliza un narrador omnisciente que siguiendo un curso lineal va desarrollando los diferentes argumentos, y digo diferentes porque Ronin es una novela en cuyo interior encontramos varias líneas argumentales que se van combinando, aunque todas estén relacionadas de alguna forma entre sí. Esta forma de presentar la historia es todo un acierto pues da dinamismo a la lectura y la hace más amena al estar constantemente cambiando de escenario y personajes. De esta manera podemos señalar que hay tres líneas argumentales principales, aunque cada una tenga a su vez relacionadas otras subtramas. Por una parte está la protagonizada por el ronin Saigo Hayabusa, por otra parte la que gira en torno al personaje de Dámaso y finalmente otra en torno a Constanza, la menina de la que está enamorado Dámaso. En general las tres resultan interesantes y están bien desarrolladas, aunque yo he de reconocer que me han gustado más las que están relacionadas con los personajes españoles y creo que esto es debido a que sus tramas me han resultado más fáciles de seguir. Al no estar acostumbrada a leer novelas que transcurran en los países orientales tanto los nombres de los personajes como algunos términos me han costado más y por eso estos capítulos no han sido tan amenos como los otros, aunque con esto no quiero decir que no los haya disfrutado pues la novela en conjunto me ha gustado y mucho.
Uno de los puntos a destacar en primer lugar es el estilo narrativo de Francisco Narla, elegante, cuidado y muy elaborado. Destaca tanto la riqueza del vocabulario empleado por el autor, utilizando muchos términos que no son tan habituales en el día a día y que han provocado que, al menos yo, tenga que recurrir al diccionario en más de una ocasión; como las descripciones que hace tanto de ambientes como de personajes. El ritmo es ágil y se mantiene constante a lo largo de la narración por lo que resulta una lectura entretenida que hace que el número de páginas no sea un problema pues llegamos al final sintiendo tener que separarnos de sus protagonistas.Pienso que uno de los grandes aciertos de Ronin es que en su interior combina de manera equilibrada varios elementos que resultarán atractivos para un gran número de lectores. No se puede negar que estamos ante una novela histórica pero en este caso no ha de verse como un obstáculo por aquellas personas a las que el género no les gusta ya que Francisco Narla no nos satura con multitud de datos sino que la información está perfectamente integrada en la narración de tal manera que no llega a hacerse pesada o aburrida en ningún momento. Pero no se queda solo en los acontecimientos históricos sino que Ronin se puede calificar también como una novela de aventuras en la que están sucediendo constantemente cosas lo que hace que no decaiga el interés y por otro lado desarrolla igualmente una parte romántica que complementa a la perfección los anteriores aspectos. Todo ello hace que en conjunto Ronin sea una novela muy recomendable en la que se aprecia el cuidado que su autor ha puesto en todos los detalles para que el lector se sienta cómodo y disfrute con la lectura al mismo tiempo que descubre acontecimientos pasados.Señalaba Francisco Narla en al presentación de Assur a la que tuve la oportunidad de asistir en 2012 que para él era sumamente importante conseguir que el lector se trasladase al periodo en el que transcurría la acción y de ahí el gran trabajo de documentación que había realizado para escribir Assur. Esta misma premisa se aprecia en Ronin, en la que destaca sin duda la cuidada ambientación de la obra en cada uno de los escenarios en los que se desarrolla, logrando que tengamos una visión clara tanto de los diferentes paisajes como de los ambientes y situaciones que se vivían en cada uno de ellos. Son varias las ubicaciones en las que Ronin se va desarrollando, teniendo más relevancia unas que otras. Así buena parte de la trama se desarrolla en el Japón feudal, presentándonos Francisco Narla tanto la situación en la que se encontraba el país sumido en una eterna guerra civil y un conflicto político por la sucesión del heredero del taiko, como la belleza de sus paisajes y mostrándonos asimismo los aspectos más relevantes de su cultura. Otro foco principal es el que está relacionado con la corte española y así nos trasladaremos al Madrid de la época descubriendo tanto el aspecto y costumbres de la ciudad como la forma de vida en la corte y los problemas a los que se enfrentaba el reinado de Felipe II, y por otra parte a Sevilla, ciudad de la que partían y a la que regresaban las flotas de Castilla y en la que tenía su sede el Consejo de Indias.Aunque estas se pueden considerar las ubicaciones principales aparecen otras muchas localizaciones como Manila o Nueva España relacionadas con rutas comerciales o conquistas, teniendo también gran importancia en la novela todo lo relacionado con el mar y la navegación.Infinidad de detalles dejan constancia del gran trabajo de documentación que Francisco Narla ha realizado para escribir esta novela y es algo que hay que valorar muy positivamente, más teniendo en cuenta la dificultad de plasmar una cultura tan diferente a la nuestra y hacerlo de una forma comprensible para el lector. Al final de la novela se incluye un “cuaderno de notas del autor” en el que va desgranando y explicando algunos de los aspectos que ha desarrollado en la obra y que resulta sumamente interesante. Cuando leo una novela de estas características no puedo evitar sentir una gran admiración por la persona que ha sido capaz de llevar a cabo un trabajo tan laborioso y minucioso ya que es algo que, al menos a mí, me parece sumamente complicado.Junto a estilo, contexto histórico y ambientación otro pilar fundamental en el que se apoya la obra de Francisco Narla son sus personajes. Como os comentaba anteriormente, nos encontramos con dos figuras principales que son Saigo Hayabusa y Dámaso Hernández de Castro, resultando ambos dos figuras carismáticas que se ganan el aprecio del lector desde las primeras páginas. En mi caso, el carácter de Saigo Hayabusa me ha conquistado y todo lo relacionado con él me ha resultado muy interesante, destacando tanto sus valores como los rasgos de honor, lealtad, valentía y honor que le caracterizan. Dámaso por su parte también se define por algunos rasgos admirables que comparte con Saigo como la valentía y la lealtad, aunque en su caso quizás es más palpable una evolución a lo largo de la obra dejando atrás los objetivos que perseguía en un primer momento, aunque lo que nunca abandonará es el intenso amor que siente por Constanza y que es lo que le impulsa a seguir adelante en su lucha. Constanza es un personaje que también me ha gustado mucho por su fortaleza, constancia, paciencia y valentía, características que hacen que aunque juegue un papel secundario en la historia tenga mucha relevancia y estemos deseando saber que será de ella.La galería de personajes, en la que se dan cita tanto figuras reales como ficticias, es muy amplia y aunque en general están bien definidos, llega un punto en el que es un poco complicado identificar quien es quien, especialmente en el caso de los japoneses cuyos nombres son más difíciles de retener. Para mí no ha sido un punto negativo pues aunque en algunos momentos me he tenido que parar a pensar quien era un determinado personaje, el hilo de la historia no lo he llegado a perder en ningún momento y como os he indicado anteriormente, la novela me ha gustado mucho.Así que en definitiva Ronin es una novela que considero muy recomendable para todo tipo de lectores. Gracias a una excelente labor de documentación Francisco Narla nos presenta un argumento llamativo y bien desarrollado que nos permite descubrir la historia de los samuráis que llegaron hasta la Península en 1614, combinando en el interior de la novela aventuras, batallas, venganzas, amor e intriga que dan lugar a una lectura muy entretenida e interesante.
FUENTES: imagen autor aquí
Gracias a Temas de hoy por facilitarme el ejemplar
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