Martes 15 de Septiembre de 2015
Las dos galaxias satélites más conocidos de la Vía Láctea, las Nubes de Magallanes, se encuentran en el cielo del sur a una distancia de unos 170.000 años luz. Ellas organizan muchos complejos de nebulosas gigantes con estrellas muy calientes y luminosas cuya intensa radiación ultravioleta hace que el gas interestelar que las rodea brille. El colorido es producido por gas ionizado, que brilla como los electrones y núcleos atómicos cargados positivamente al recombinarse, emitiendo fotones con longitudes de onda bien definida. Estas nebulosas son llamadas "regiones H II", lo que significa hidrógeno ionizado, es decir, los átomos de hidrógeno que han perdido un electrón (protones). Sus espectros se caracterizan por líneas de emisión cuyas intensidades relativas llevan información útil acerca de la composición del gas que emiten, su temperatura, y los mecanismos que causan la ionización.
Dado que las longitudes de onda de estas líneas espectrales corresponden a diferentes colores, estos solos ya son datos muy informativos sobre las condiciones físicas del gas. N44 en la Gran Nube de Magallanes es un ejemplo espectacular de una región tan gigante H II. Con un tamaño de unos 1.000 años luz, la forma peculiar de N44 define claramente un anillo que incluye una asociación estelar brillante de cerca de 40 estrellas muy luminosas y azulados. Estas estrellas son el origen de los poderosos "vientos estelares" que disparan el gas circundante, creando gigantescas burbujas interestelares. Tales estrellas masivas terminan sus vidas como supernovas en explosión que expulsan sus capas exteriores a altas velocidades, por lo general alrededor de 10.000 km/seg.
Es muy probable que algunas supernovas ya han explotado en N44 durante los últimos millones de años, con lo que proyectan lejos el gas circundante. Las burbujas más pequeñas, filamentos, nudos brillantes y otras estructuras en el gas, dan testimonio de las estructuras extremadamente complejas en esta región, que se mantienen en continuo movimiento por la velocidad de las estrellas más masivas de la zona.Fotografía OriginalCrédito: ESO