¡Feliz año, amigos! Deseo de todo corazón que el 2014 les traiga momentos de inmensa dicha y felicidad, trabajo y salud, mucho amor para recibir (y para dar, compartir), muchas razones para enorgullecerse de sus seres amados, montones de sueños para realizar y miles de proyectos y planes para lograr concretar (incluso, ésos "pequeñitos" como bajar algunos kilitos de más, dejar de fumar o de beber tanto café, empezar de una buena vez por todas el gimnasio...); risas que dejen huellas en la piel, momentos emotivos para atesorar en el corazón, nuevos desafíos para llevar adelante, nuevos compromisos para con los nuestros y para con aquellos que están pasando por un mal momento (amigos, parientes o perfectos desconocidos), nuevas recetas para probar y perfeccionar... ¡Muchas felicidades! Con la llegada de los Reyes Magos (y en la cocina, con la correspondiente Rosca de Reyes) el ciclo de festividades de fin de año baja su telón hasta la próxima. Llegan a su fin las comilonas. Es el momento de desarmar el arbolito y guardar pesebre y decoraciones navideñas. Los más pequeños de la familia se ocupan de los preparativos para recibir a los Reyes... Entonces, al igual que la rosca - con su forma de anillo o circular - esta celebración pone fin, cerrando un ciclo, a los festejos de fin de año. Y da comienzo a las dietas de adelgazamiento como parte de los propósitos para el nuevo año. Jajaja ;)
El año pasado les presenté una opción de Rosca/Roscón de Reyes (aquí encontrarán la receta) con decoración exterior, sencilla y bien gustosa. Este año, les propongo dos opciones de relleno sobre la misma base de masa: una con almendras, la otra con crema pastelera y cerezas.
La masa de este año, además, es más parecida al pan brioche con abundante manteca y huevos, muy gustosa y perfumada. Con las cantidades que les doy, obtendrán 3 roscas/roscones. Aquí está la lista de ingredientes.
¿Nos ponemos a trabajar? Como se trata de una masa con levadura, primero prepararás el fermento. Para ello, colocarás en un bol 50 gramos de levadura fresca desgranada junto con 225 cc. de leche (descremada) tibia, 2 cucharaditas de azúcar y 2 cucharadas de harina 0000.
Dejá que se forme la esponja, activándose la levadura con los demás ingredientes por algunos minutos.
Una vez que ello ocurra, añadí allí mismo 150 gramos de azúcar, 40 gramos de miel orgánica, el jugo y la ralladura de una naranja, 2 tapitas de agua de azahar, 3 huevos pastoriles o de campo, 1 copita de ron, 750 gramos de harina 0000 y pizca de sal.
Amasá hasta integrar muy bien todos los ingredientes y formá un bollo lo más liso posible.
Antes de continuar, formá el empaste uniendo muy bien 300 gramos de manteca pomada o a temperatura ambiente junto con 100 gramos de harina 0000 hasta formar una crema bien homogénea y untuosa.
Estirá con palote sobre la mesa de trabajo ligeramente enharinada la masa obtenida, dándole forma rectangular y distribuí en el centro el empaste que preparaste previamente. Entonces, doblá los extremos de la masa que no cubriste con la mezcla de manteca y harina sobre el sector en donde colocaste el empaste, formando un tríptico. Por último, estirá de nuevo con palote. No te preocupes si durante esta operación se "escapa" algo de empaste del interior de la masa porque lo juntarás con una espátula o cornet de pastelería y se lo integrarás nuevamente.
Por último, con algo de harina extra, formá un bollo incorporando muy bien la materia grasa (todo el empaste que perdiste durante el proceso de estirado). Amasalo hasta que quede suave y liso. Colocalo en un bol, tapalo con papel film y llevalo a descansar por 1 hora en la heladera.
Una vez que retires la masa de la heladera, estirala de nuevo con palote y dividila en 3 porciones (puede ser, cortándola en sentido longitudinal o en el sentido del ancho de la masa, según desées una rosca más o menos grande).
Opción de relleno con almendras: Picá de manera grosera 1 taza de almendras e incorporales 1 cucharada de canela en polvo y 2 cucharadas de azúcar rubia. Mezclá bien.
Si lo preferís, podés procesar la mezcla para obtener una textura más delicada.
Sobre una de las porciones de masa que cortaste, pintá con huevo batido y espolvoreá con el relleno de almendras que preparaste.
Enrollá la masa sobre sí misma (como si prepararas un pionono), apretando bien en cada vuelta para unir la masa y el relleno como si se tratara de la misma cosa (logrando que al cocinarse no se separe en capas). Luego, uní ambos extremos del rollo, colocando uno dentro del otro.
Ubicá la rosca con las uniones hacia abajo dentro de un molde Savarin enmantecado y cubrí con papel film, dejándola descansar en un lugar cálido y sin corrientes de aire para que la masa duplique su volumen.
Para la Rosca que llevará un relleno de crema pastelera, repetí la operación de armado, pintando la masa con huevo batido, enrollándola como te expliqué anteriormente y dejándola descansar hasta que duplique su volumen en un molde Savarin enmantecado.
Luego, pintá las Roscas con huevo batido y cocinalas en horno precalentado a 170° C por unos 30 minutos o hasta que estén doradas. En mi caso preparé una Rosca con relleno de almendras y canela, con cobertura de glasé y almendras; una Rosca con relleno de crema pastelera y cerezas, con cobertura de glasé y cerezas, y una Rosca sin relleno y con cobertura de azúcar impalpable. Como pueden ver, hay para todos los gustos...
Para el caso de la Rosca con relleno de crema pastelera, podés encontrar dos opciones de crema que ya te enseñé aquí o aquí. Para enriquecer el relleno, haciendo que quede más gustosa todavía, podés incluir cerezas almibaradas, cascaritas de naranja en almíbar y frutas secas.
Para rellenarla, esperá que enfríe y, con cuidado, separá dos capas de masa. Rellená con abundante crema pastelera (recordá hacerla algo espesa para que se mantenga sostenida), incorporá la fruta que más te guste y cubrí nuevamente con la tapa superior de la Rosca.
En cuanto al glaseado exterior o la cobertura de dos de mis versiones de Rosca, lo podés preparar mezclando 1 taza de azúcar impalpable con 1 cucharada de jugo de naranja (o limón) y 1 cucharada de agua potable. Colocá estos ingredientes dentro de una ollita y llevala a fuego medio hasta que hierva. Con esta mezcla pintarás o bañarás las piezas apenas salen del horno. Un secreto importante para que el glasé se adhiera a la masa: Tanto éste como la masa deben estar calientes al momento de realizarse la decoración.
Las Roscas que obtendrán son bastante simples de hacer (en especial si sólo preparan una de ellas), muy sabrosas, perfumadas, húmedas, esponjosas y ligeramente dulces. Con cierta similitud al pan brioche o, incluso, a algunas de las versiones de Brioche des Rois que se preparan en Francia, en ocasión del 6 de enero.
La historia de la gastronomía acompaña, claro está, el recorrido que la propia Humanidad ha ido haciendo a lo largo de los siglos. En el caso de la Rosca de Reyes - conmemorando a los Reyes Magos que acudieron, guiados por la estrella de Belén, a honrar la llegada del niño Jesús - naciendo de una tradición pagana del siglo II a.C. (antes de Cristo) en que se celebraban las fiestas Saturnales en honor a Saturno, dios romano de la agricultura y las cosechas. En esa ocasión, se preparaban unas tortas a base de miel que incluían también dátiles, higos y frutos secos, para celebrar las últimas labores en el campo, correspondientes a la siembra de invierno.
Una vez que terminó la persecución a los romanos y el Cristianismo se impuso como religión oficial del Imperio Romano, las celebraciones paganas fueron desapareciendo; sin embargo, la costumbre culinaria de comer las tortas de miel y frutos se mantuvo más o menos intacta en parte de Europa (en Francia, principalmente y luego en España) con la modificación de su forma, ahora convertida en rosca.
Un dato curioso: En Francia, conocida como Galette des Rois o Couronne des Rois, se hizo muy popular e indispensable en los festejos de Reyes y aristócratas (encantados con la idea de encontrarse con una monedad de oro a modo de premio en el interior del postre). Por ello, durante la Revolución Francesa la rosca o torta pasó a denominarse Torta de la Libertad o de la Igualdad y la compartían los vecinos durante las celebraciones.
Con habas o monedas de oro a modo de premios, figuritas de cerámica en forma de niño (para rememorar el momento en que María y José debieron esconder al propio Jesús para salvar su vida), frutas que decoran el exterior a modo de recordatorio de las joyas en las propias coronas de los Reyes Magos y forma circular o de anillo que, para los cristianos, simboliza el amor eterno de Dios, la Rosca/Roscón de Reyes siempre es un cierre de lujo a la temporada de celebraciones religiosas de fin de año. De masa bien sabrosa, húmeda y perfumada, con frutas y cremas, más decoradas o menos pretenciosas son siempre una buena ocasión para festejar, reunirnos, seguir soñando (y creyendo) como niños y acercarnos a la cocina con una buena excusa para poner manos a la masa.¡Qué los Reyes Magos les dejen lindos presentes en sus zapatitos y que disfruten de la magia del 6 de enero! No olviden dejarles agua, pasto y algunas galletas...Nos reencontramos la semana próxima. ¡Bon appétit!