Revista Cine

Roy Batty Cristo replicante

Publicado el 26 mayo 2015 por Lord_pengallan

Siempre he pensado que Blade runner va sobre lo que es la humanidad. En un mundo que vislumbra la posibilidad humana de crear androides inteligentes es normal plantearse dónde está la esencia de la humanidad pues necesitamos encontrarla para poder explotarlos y seguir sintiéndonos especiales (cosa muy importante para los religiosos). Pero leyendo esto creo que el principal tema de los muchos que toca el film es el de la longevidad. Lo que es hablar de la muerte, lo que es hablar de la humanidad, el único ser terrestre consciente de su mortalidad. Además, mucho tiempo antes de que esta se produzca. Lo que dispara el argumento es la búsqueda de los replicantes liderados por R. Batty, fabulosamente interpretado por R. Hauer, por vivir más. Es entorno a esto que gira todo lo demás. Los replicantes buscan vivir más y los humanos matarlos. Blade runner va pues de la Muerte y ese es un tema religioso.
Roy Batty Cristo replicante"El Infierno", parte superior, El Jardín de las Delicias, Bosco, 1505.
La ciudad de L. A. del film recuerda vagamente al infierno cristiano. El fuego y la oscuridad, la superpoblación y lo multicultural, la alienación y la deshumanización, la infinitud, sin horizontes, la insalubridad y la artificialidad. Así es de terrible es como aparece ante ntros. y Batty (de él es el ojo del principio) esa urbe-orbe pues somos extraños a la misma. Por otro lado recuerda también a Babel con esas pirámides truncadas que parecen precolombinas pero bien pudieran ser zigurats. Aquí es donde llega el grupo de Batty. Es importante el grupo pues eso distingue a los replicantes de todos los demás personajes. Los demás, desde Deckard hasta Rachel, están solos y cada uno tiene su propio problema. En cambio los replicantes se mueven en grupo con un problema común siguiendo un líder que promete ser su mesías, su salvador-liberador, creo que incluso cita la Biblia y recuerden que al final se clava un clavo en su mano. Batty no sólo es el mas listo de todos sino también el que más sabe de la humanidad por ello es evidente que él es el que ha convencido a los demás para ir a la Tierra en lo que es un descenso (al infierno) pues ellos vienen del Cielo. Seguramente él es el que ha inculcado en sus conciencias la idea de la diferencia injusta. Su esperanza de vida es de 4 años a pesar de que son como los humanos. De ahí la idea, además de ser construcciones, de que eso puede cambiar sin muchos problemas. Los replicantes, como los humanos, se preguntan por qué son creaciones finitas si su creador es omnipotente. No lo aceptan. Necesitan una razón. Por ello van a la ciudad sagrada, Babel, a ver a dios. Pero esta urbe-orbe no tiene dios. Sus habitantes lo han matado con su ciencia. Con ella han conseguido librarse de un ser superior pero no responder a grandes preguntas que les atormenta de modo se han quedado solos en su fragilidad. Lo más parecido a un dios es Tyrell y este es viejo y miope. Puede crear vida pero no puede perfeccionarse, no puede ampliar su propia vida. La ciencia ha matado a dios pero no ha traído nada mejor. El humano sigue siendo mortal. Así el encuentro entre Tyrell y Batty es el mismo que entre Frankenstein y su criatura. El humano está por debajo de sus posibilidades por lo que, aunque es capaz de crear vida, no puede ser ni un superior ni una guía. Sigue siendo parte de la Naturaleza, no su superior. Por tanto criatura y creador son iguales. Por ello Batty mata la ciencia y así el mundo se queda sin nada.
A estas alturas ya nos hemos dado cuenta de que los replicantes son humanos. Al principio se nos ha dicho que no lo son porque no tienen emociones pero a esa altura de la peli les hemos visto enfadarse, desesperarse, acobardarse y amarse. Además sus ansias de vivir contrastan enormemente con los tristones humanos. Con la muerte de Tyrell deja de haber buenos y malos. A partir de ahí sólo hay patéticos mortales. Ello hace terribles las muertes de los replicantes. Los autores magnifican esa tragedia haciendo que les maten por la espalda. 
En este desolador panorama se nos aparece Batty como un Lucifer y como un Olímpico. Como un rebelde contra dios que ha triunfado. El sueño de Nietzsche. Las antiguas y enfermizas reglas han desaparecido y ahora es libre de inventarse de una forma más natural. Pero la realidad es que Batty está desorientado. Su plan se ha venido abajo y ha perdido a casi todos sus feligreses. Su dios no le ha resuelto nada y el sigue acosado por la Muerte. Por ello no ceja en su comportamiento violento. Es una fiera acorralada no un corderito. Así es como se enfrenta al patético Deckard. Y en esa pelea tiene una iluminación (observen que la dirección de la pelea es ascendente, acaban en la azotea) y al final por fin se ve el Sol.
Batty jugando con su oponente como un gato porque se sabe superior se da cuenta de que aunque triunfe va a morir de todas formas. Su victoria va a ser inútil. Él ha empezado todo porque quiere vivir más así que no ve el sentido de seguir con la violencia. Así desaparece en él la distinción entre humano y replicante que previamente había desaparecido en Deckard. Este, justo después de matar por la espalda a Zhora, se acuesta con Rachel. Es una total contradicción. No. Simplemente que viendo morir a su víctima se ha dado cuenta de que no hay diferencia entre el humano y su réplica. Aquí seguramente colabore el que entre medias Leo casi le mata. Esta experiencia cercana a la muerte le ha hecho desechar que los replicantes son máquinas. La única diferencia es que Batty, es Olímpico, es decir, es rebelde y está por encima de las reglas, y que él sigue estando sometiendo a las normas. Por ello Deckard es capaz de matar a sus semejantes. Está sometido a una regla que permite esa incongruencia. Así, aunque simpatiza con los replicantes debe matarlos. Por eso en este tramo de la peli Deckard siempre se defiende, mata a Pris en defensa propia. Las cosas son muy diferentes a como lo eran cuando ejecutó a Zhora porque ya no es el mismo. 
Gracias a esta diferencia entrambos Batty transciende. Se comporta como un mesías, como un salvador-liberador, salvando la vida a su opresor (perdónales...). Lleva al extremo el ofrecer la otra mejilla. Sin reglas que alienan y nos separan Batty es capaz de ver la igualdad de todos y por tanto no puede evitar llevar a cabo el intento de salvar a un semejante. En ese momento su brillante mente se da cuenta de que él es simplemente un momento de una larga lucha. Los replicantes sólo podrán vivir más de 4 años si demuestran ser humanos y ello no se demuestra siendo asesinos o amenazas sino demostrando la última emoción que un humano espera ver en una máquina: el amor. Salvando a Deckard haciendo lo ilógico, Batty salva a Rachel y a los demás replicantes porque ha acabado con el mejor de los blade runners. Se puede ganar con la muerte o con el amor. La diferencia es que el 2º tipo de victoria es más duradera porque no engendra resentimiento. Así su muerte es redentora pues ver morir a su salvador es lo que capacita a Deckard para transcender las injustas normas. Así Batty puede morir en paz. Sabe que ha sido un redentor, que ha cambiado el mundo, que por ello jamás morirá y que la humanidad no es vivir más de 4 años sino amar. Después de él la humanidad no podrá insistir más en que los replicantes son máquinas. Con ello también salva a la susodicha pues es obvio que la explotación de sus semejantes la estaba deshumanizando. 
El amor es comunión y por ello borra las divisiones. Así, al igual que Deckard y Rachel besándose dejaban de ser máquina y humano, Batty salvando a Deckard anulaba sus diferencias. Por tanto el amor triunfa y por ello reaparece el Paraíso. Aunque esto no en la versión última. En alguna de las anteriores Rachel y Deckard huían a la Naturaleza. Por fin veíamos algo vegetal-natural en la peli. Así parecía que ambos eran Adán y Eva reingresando en el Edén suponiendo eso huir de todo lo alienante de L. A: la tecnología, la superpoblación, la oscuridad, la soledad, la crueldad... y volver a empezar. Así, Blade runner establece que la obsesión por la mortalidad es un impedimento para vivir. Al final ser humano no es ser mortal, tampoco una longevidad determinada o tener emociones. Es amar, lo único humano capaz de saltar barreras y cambiar las cosas a mejor. La obsesión por la Muerte es enrocarse en la diferencia por ello hay que liberarse de ella. Lo importante es buscar la semejanza. Así, no hay diferencia entre creador y criatura, entre original y réplica, entre yo y el otro, mi semejante, mi prójimo. En el último final el Edén desaparece pero el unicornio sigue ahí como símbolo de la fantasía y de lo irreal, del sueño-anhelo. Batty perseguía un sueño-anhelo y Deckard, gracias a él, es el que lo cumple. Por eso ya no es necesario ver el Edén pues realizar un sueño es crear el Paraíso. Amar, y no vivir, es lo contrario de morir. 

Volver a la Portada de Logo Paperblog