Rubia natural

Segui @soniavaliente_

Ser mujer es complicado. Mucho. Porque una ha de ser en el terreno personal infalible –buena hija, mejor amiga, hermana pasable- honrada y profesional en el laboral. Y pluscuamperfecta en la VIDA -así con mayúsculas- de cara a la galería pero, sobre todo, para una misma. Si no tenía bastante con la operación bikini, las estrías, la celulitis, la pedicura -¿de verdad que este año no ha venido el verano antes?- por no hablar de mantenerse eternamente joven ahora tiene que preocuparse de la edad de cada uno de los millones de pelos que configuran su teñida melena. No es que no le esté permitido cumplir años, lo que se prohíbe es parecer que se cumplen. Y gracias a la mujer de Bustamante ha descubierto que el pelo también envejece. Lo que le faltaba. Una información del todo innecesaria.

Ella pensaba que la falta de brío de su pelo se debía a las decoloraciones sucesivas a las que somete a su pobre cabellera, a que se pone mascarilla cuando llueve y a que siempre lleva su pelambrera torturada, de cualquier modo, con una pinza desdentada coronando su testuz. Pero no. Simplemente se hace vieja. Y si la cara se cae, el pelo se torna estropajo. Y así. No sabe qué hay de cierto en el anuncio de la actriz metida a blogger de moda pero no es el único que le inquieta.

Las cejas negras son tendencia. Serà precís?

El otro tiene que ver con el color de las cejas. Como sabrán, las rubias en Valencia son –somos- legión y hay un modo muy sutil de saber si una señora es o no rubia natural. Señores, dice vestida. Exacto. Las cejas. Llevarlas aseadas –le encanta ese término tan de madre- es todo un reto para las mujeres orquesta que no tienen tiempo ni de rascarse. Llevarlas a juego con el tono del cabello es un dolor de cabeza más para que no se note que el tinte es tinte. Misterios de la estética.

Pues bien. ¿Para qué inventar entonces el rímel de cejas? ¿Para parecer Macario? Aclarar unos pelos para ensombrecer otros. Teme el momento en que la depilación brasileña irreversible esté out y vuelvan los peludos 80. Porque los 80 siempre vuelven.