Revista Baloncesto
La NBA vuelve a demostrar que no perdona que cualquiera de sus jugadores realice comentarios en público que vayan en perjuicio de las franquicias a las que pertenecen sus derechos. Así pues, la liga ha decidido multar con 25.000 dólares al balear Rudy Fernández, después de que en los últimos días se publicara el deseo del escolta de abandonar la NBA y seguir con su carrera deportiva en Europa.
En realidad, no ha habido declaraciones literales del propio Rudy, sino que ha sido a través de su agente Andy Miller como hemos sabido de la intención del jugador de reclamar una vez más su traspaso. Según Miller, el hecho de que la importancia en pista de Rudy haya disminuido en la última temporada, junto con su mala relación con el entrenador Nate McMillan, hace que el jugador haya "perdido la ilusión por jugar en la NBA" y desee volver a Europa, donde ya tendría equipos punteros como el Regal FC Barcelona o Panathinaikos esperándole con los brazos abiertos. Rudy aún tiene dos temporadas más de contrato con los Blazers, pero -siempre según su agente- estaría dispuesto a declararse en rebeldía y no jugar los dos años que le quedan si no acaba traspasado.
Este tipo de comentarios suelen ser investigados por la NBA, que prohibe expresamente que los jugadores reclamen públicamente la salida de sus equipos, bajo pena de multa. La temporada pasada tuvimos los precedentes de Stephen Jackson y Nate Robinson, que tuvieron que pasar por caja después de anunciar públicamente sus deseos de salir de Golden State y New York respectivamente. Eso sí, ambos consiguieron al final su objetivo y resultaron traspasados, por lo que la multa no suele ser sino el inicio de un inevitable camino de salida.
Y es que, a todas luces, la relación entre Rudy Fernández y los Portland Trail Blazers está más que rota. Todo lo que parecía idílico en su temporada rookie, en la que el mallorquín se convirtió en uno de los favoritos de la grada del Rose Garden, se tiñó de gris en el curso siguiente, en el que McMillan apenas utilizó a Rudy como especialista en el tiro exterior y le privó de muchas responsabilidades adquiridas tiempo atrás. Rudy es un competidor nato, y sabe que tiene la capacidad de ser un jugador importante en la NBA, lo cual (por mucho que se diga) es su mayor anhelo. Sin embargo, sabe perfectamente que para seguir en EE.UU. debe hacerlo fuera de Portland. El nuevo GM de los Blazers, Rich Cho, está intentando "colocar" a Rudy en otros equipos, pero de momento no le han satisfecho ninguna de las ofertas que ha recibido. Franquicias como Chicago o Boston han mostrado interés por el escolta español, pero no han podido ofrecer a cambio nada que haya interesado a los Blazers. Así pues, y mientras Rudy siga con su contrato en vigor, su situación seguirá siendo tan incierta como hasta ahora.
Por el momento, Rudy se encuentra concentrado con la selección española preparando el Mundobasket de Turquía del mes que viene, y centrado en hacer un buen papel a nivel individual para volver a reivindicarse. Curiosamente, no estará lejos de su entrenador en los Blazers, ya que Nate McMillan es asistente de Mike Krzyzewski en el Team USA. Ambos mantuvieron ayer una conversación telefónica, que fue calificada como "cordial" por ambas partes. Veremos cuánto duran estos momentos de paz antes de la batalla definitiva.