El baile de Neymar y Alves. El otro día el Barça goleó 6-0 al Rayo Vallecano, pero con el sexto gol Neymar y Alves se dedicaron a hacer un bailecito delante de los jugadores derrotados. Deportividad: 0. Basura: 10. Les llamaría payasos, pero respeto demasiado el mundo del circo. Estas actitudes se ven mucho, pero lo peor es que están totalmente justificadas por el “mundo del fútbol”. Ahora dirán que algunos periodistas los han criticado, los mismos que defienden a un jugador del Madrid si se marca el mismo bailecito. En el mundo del rugby no nos parece bien la manera de celebrar los ensayos del jugador de Saracens, el innombrable, o aplaudimos las críticas que se llevó Armitage por su burla tras el ensayo de Toulon en la final de la Heineken Cup, no hay termino medio, está mal y no hay más.
Hace unos días se suspendió un partido en Villarreal por el lanzamiento de gas lacrimógeno, un episodio más del ambiente de los campos de fútbol, donde ya no se puede consumir alcohol por los problemas de orden público que puede haber, que no me gustaría nada que mi hijo escuchara todo lo que se dice en uno de estos campos, que el “mundo del fútbol” lo condena pero poco hacen para evitarlo –en Inglaterra decidieron terminar con el problema de los Hooligans y lo hicieron-, que todo son lamentaciones, pero los mismos que se lamentan son los que encienden las hogueras, los estadios se están vaciando. En el rugby puedes tomarte tus cervezas durante el partido –fui a ver el partido entre la USAP de Perpignan y Munster, como beben estos irlandeses, problemas ninguno-, en muchos campos todavía se respeta el silencio con el chutador –en otros no, por desgracia-, las aficiones se pueden mezclar, una fiesta. Habrá sus excepciones, claro, pero la excepción no es la norma.Owens, árbitro de rugby"¿Terminaron ya? Los dos están actuando como dos inmaduros. Déjense de bromear y sigan con el juego" ("You finished? You´re both acting very inmature. Get on and get on with the game, both of you"). Tras un pique entre jugadores de Francia e Inglaterra en un Seis Naciones."The football stadium is 500 yards that way" ("El campo de fútbol está a 500 yardas por allí"). Leicester vs Ulster, cuando un jugador fingió una lesión."Creo que no nos conocemos de nada, pero en este campo yo soy el árbitro, no tú. Haz tu trabajo y yo haré el mío. Si te oigo gritar de nuevo te penalizo. Esto no es fútbol ¿vale?". A un jugador del Benetton de Treviso.Las frases vienen de este artículo publicado en El Correo de Vizcaya, interesante entrar en el enlace para ver los comentarios a la noticia, anda cada uno por este planeta..., antes como no había internet creías que no podía existir gente así, pero ahora que todo el mundo dice lo que piensa –siempre de forma anónima-, se me ponen los pelos de punta.Nota: Cuando hablo en estos artículos de fútbol me refiero al fútbol profesional, en ningún momento a todos los que practican este gran deporte en sus horas libres, lo disfrutan con los amigos, se toman unas birras después del partido, juegan a cualquier hora, cuando el trabajo o la familia se lo permiten, les encanta chutar un balón y disfrutan como enanos, para ellos no va este artículo ni cualquier otro. Ellos tienen todo mi respeto, como cualquier otro que practique un deporte, del básquet al curling, del balonmano al tenis. Todos los deportes merecen respeto, todos.La primera parte de este artículo aquí: Rugby vs Fútbol (I)Revista Deportes
La mayoría de presidentes de primera división piden que indulten a Del Nido.No hace falta decir nada más, ya vemos como está el patio. Un presidente es condenado por corrupción y el “mundo del fútbol” pide su perdón, es de los nuestros, no puede ser que pague por sus delitos. Cierto, es de los suyos, un deporte que en nuestro país debe millones a Hacienda y a la Seguridad Social, pero no se los piden, no se vayan a enfadar y dejen al pueblo sin su “circo”. No hablaré de los jugadores que no pagan sus impuestos o de los presidentes que dimiten por contratos falsos. No conozco nada parecido en el mundo del rugby, ni creo que ningún país con un mínimo de ética permitiera algo así, y la mayoría de países que adoran el rugby tienen unos niveles de ética política mayores que los nuestros.