Revista Psicología

Rumbo a Bugarach por Carlitos

Por Saval

Nunca he sido un tipo de grandes ideas. Es por ello que no suelo encontrar la fórmula correcta para hacer las cosas. En el caso de este blog, su fundamento principal era empresarial/publicitario/marketing algo así. A día de hoy se puede decir que no es nada de eso. Así que de vez en cuando cada puedo meter una especie de promoción.

Un día el invitado de hoy me sugirió que quería escribir de su experiencia yendo al psicólogo. Cuando estrene esta sección de los domingos me acordé de él. Aquí está su texto, su experiencia. 

Soy el chico que escogió Álvaro para el experimento ese de Bugarach. Daré pocos detalles míos, tengo 20 años y soy estudiante. Me llamo … Si me lo permitís seguiré siendo Carlitos

No voy a hablar de amor, no se me da bien, y en vista de lo que se publica por aquí no daría la talla

En realidad, el propósito de esta entrada es contar la experiencia de mi búsqueda con Álvaro, sin caer en la teletienda (esos testimonios milagrosos que te venden que un trozo de plástico les ha cambiado la vida). Sobre esto último me gustó la entrada de aventurer@sentimental.

Empezaré por el principio. Finales de 2012. Un año que acababa, en principio a definir como espectacular. Extraordinarias experiencias, sucesos, amigos, novedades…me iba “bien” en todo.

Pero cada día durante más y más tiempo me embargaba esa sensación de desconexión con la vida. Me fallaba algo. La película estaba ahí, pero su protagonista se había convertido en espectador. Se me escapaban de mis manos los momentos felices. Dicho así suena muy dramático. Aclaro, alguien que me observara no describiría de esa forma mi vida, incluso me definiría de este modo: alguien alegre, dispuesto a ayudar, generoso, que vive la vida, seguro, inteligente…era estando solo conmigo mismo, sin distracciones que acallaran mi interior, cuando me embargaba esa sensación. No hace falta ponerle nombre, quedaros con la idea de ser espectador. De inconexión, ausencia de paz. Pero todo me iba bien, ¿a quien le iba a explicar esto?

Lo dejé estar por el momento. De pronto descubrí el blog. Empecé a leer, me interesaba lo que decía, escribía sobre la mierda, aún no estaba en la etapa popero de ahora. Y luego vino el post de Bugarach. Mandarle un email, a la una de la madrugada, noche de inspiración (al día siguiente me entró pánico y quería borrarlo, demasiado tarde)

El resto ya lo sabéis.

Álvaro tiene un estilo particular. En primer lugar no tiene diván (siempre he pensado psicólogo-diván). Por otra parte, no te da la receta, la fórmula mágica. No te dice haz w, te aconsejo x, eso que tienes se llama y, sufres de z. Te escucha. Y de pronto una pregunta, para la cual no tienes respuesta. En definitiva, trata de que seas tu mismo el que avance, por voluntad propia. Siendo sincero al principio no confiaba en esta forma de hacer las cosas, siempre me había gustado que me guiaran.

Os preguntaréis cual era mi caso, que mierda ocultaba bajo mi alfombra.

No sabía que me gustaba, en todos los sentidos. Parece una pregunta fácil, para mi no lo era. Y aún no lo sé. ¿Entonces me ha servido?

Sí. En este océano de dudas, he profundizado en mi mismo. He afirmado mi sexualidad, vencido ciertos traumas y ahuyentado fantasmas del pasado. Y lo mejor: he hallado comprensión

Recomiendo ir. ¡Perdemos tanta vida, tanto tiempo y dinero en cosas que no nos llenan! Unas horas pueden equivaler a años, a llegar al fin de tu vida sabiendo que has llevado tu el timón. Reconozco que yo no he pagado. Tras el shock, tenía tan poco integrada en mi la idea de gratitud que aunque las sesiones eran gratis, me sentía mal, tenía que compensarle de algún modo lo que estaba haciendo por mi, el tiempo que estaba dedicándome. Me di cuenta que no sabía recibir (atentos a la cita final).

Ahora, no vayas con la esperanza del que empieza un prometedor libro de autoayuda, liberador de todos tus males. Los resultados dependen de ti. Y aún así, no los hay garantizados, esto no es el Corte Inglés. Incluso por mucho esfuerzo que le pongas, puede que sientas que no has mejorado. Yo, a día de hoy, tras varios meses acudiendo, sigo teniendo malos ratos. Vuelven las dudas, que voy a hacer con mi vida, … Pero en cierta forma es diferente, me conozco un poco mejor.

Gracias por conducirme a Bugarach, por aquello a lo que dedicas tu vida.

Pasito a pasito, voy encontrándome.

Esperemos que su inglés mejore lo suficiente como para que nos escriba una entrada.

Para acabar, una frase y una canción:

“Antes de poder dar, tienes que saber recibir”

 

#GRATITUD          [email protected]

 


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