Revista Opinión

Rumbo a Misisipí

Publicado el 03 septiembre 2022 por Liberal

Señores lectores: Vaya semanita he tenido de intrigas y cosas interesantes, como siempre. Esta semana, resulta, me tocaba el examen conocido como el «road test» en EEUU. En Virginia, donde vivo, simplemente es la parte práctica del examen de conducir. Para un europedo, parecerá un chiste porque sencillamente consiste en darle la vuelta a una manzana, cambiar de carril, hace algunos «stops» y demostrar que conoces las funciones del coche, los semáforos, etc. No tiene nada que ver con el difícil y engorroso examen de conducir en los países europeos, donde además es un proceso costoso. EEUU, pese a todos sus fallos, sigue siendo un país más libre donde la mayoría de la gente cree que el gobierno tampoco debe meterse mucho en el asunto de conducir. Pero entonces, ¿a qué viene esto de irme a Misisipí para el carnet de conducir? Es sencillo: me acabo de enterar esta semana que ese estado NO exige ni siquiera un «road test». ¡Es increíble, pero cierto! El gobernador de Misisipí dice que esto es responsabilidad de los padres y que si eres mayor de 18 años, como es mi caso, y tienes permiso de conducir estudiantil (como es mi caso), simplemente tengo que hacer una prueba teórica en el ordenador…la misma prueba que hice en Virginia y aprobé con sobresaliente sin estudiar. Continúo.

«Pero Alfred, no entiendo. ¿Por qué le tienes miedo al «road test» en Virginia?» Jeje, no, no es miedo en absoluto. Es que, sencillamente, me ha resultado IMPOSIBLE ir al examen ya que las academias de conducir aquí NO TE LLEVAN al DMV (Department of Motor Vehicles) y te dicen «busca un colega o familiar que te lleve». Ya, pero no gracias. En mi caso, no conozco a nadie aquí que obviamente de su coche a un total desconocido…y el que haga eso no sería una persona muy inteligente que digamos. Entonces, como yo soy un hombre libre y paso de tener que examinarme, voy al estado de Misisipí solamente para el examen y así además aprovecho y veo ese gran estado sureño y conservador protestante. Misisipí, tradicionalmente, ha sido un bastión de resistencia contra la versión «mundialista» de EEUU. Es un estado donde casi la mitad de la población es de raza negra, y la otra mitad es de raza blanca anglosajona protestante. Es un estado en el cual la mayoría de sus habitantes no tiene título universitario (eso lo veo como algo positivo, no es una crítica). Algunas de las gentes más anticristianas y degeneradas en Occidente son titulados universitarios. Gracias a Dios, EEUU no es un pais como España donde la capital dicta todo. Aquí cada estado es SOBERANO y muchos estados se pasan las leyes de Washington D.C. por el forro de los…tú ya sabes…

Para los que no conocen la historia de Misisipí, fue colonizada inicialmente por España. Hay muchísima influencia española y británica. Fue un estado confederado, esclavista y segregacionista. Su gobernador dice que se debe celebrar la «herencia confederada». Bendito sea Dios por vivir en un país donde no todo está perdido, y donde la gente en algunos estados aún pueden expresarse libremente. Los estados del sur, en su conjunto, le dan mil vueltas a los del norte decadente, extranjerizante y gélido. Ningún español de bien puede sentirse de fuera en el sur de los EEUU. Recordemos, por ejemplo, que desde las Carolinas hasta Nueva Orleans, existía una cultura común con el CARIBE. Sí, sí señor, con el CARIBE español. Los negros que aun pululan por las Carolinas hablan un dialecto del inglés que se llama «Gullah», y suena como el inglés de las Bahamas, Jamaica, y Antigua. Fueron la misma tribu de negros que fueron esclavizados por los españoles en Cuba y Puerto Rico, y por eso suelen tener un color de piel menos negro, más «colorado» y mezclado con la raza blanca. Los negros del sur son ultraconservadores (solo basta con mirar al «Lieutentant Governor» de Carolina del Norte para ver a lo que me refiero). El otro día, tachó a los chavales que se tiñen el pelo de azul como «freaks» (porque lo SON) y anticristianos por sus políticas. Yo quiero contribuir a un país en el que los «frikis» se sientan tan incómodos que estén al borde de la desesperación. Un país libre no puede consentir que estas bestias de circo como los «trans», los que dicen «no hay género», o «no hay raza», tomen la narrativa y controlen cómo pensamos y hablamos. Cuando un hombre trans me dice «soy mujer», le digo «naciste hombre, tienes huevos entre las piernas, y aunque te hayas operado, naciste varón cabrón». El transformismo es una enfermedad del espíritu, una aberración y ni siquiera los hombres homosexuales suelen aceptar a estos frikis de la naturaleza depravada. Aunque ningún ser humano es libre de pecado, porque todos hemos sido pecadores y somos dignos del infierno, los transexuales se enorgullecen de su condición y encima pretenden imponernos a los demás cómo percibirles. Yo, quizá sea un poco viejo a estas alturas, pero aún recuerdo una época en la cual a un «trans» equivocado se le daba unas hostias impresionantes en Madrid. «Ayy Alfred, ayy qué horror lo que dices»…¿más horror que un tipo me diga que quiere tener vulva? Venga ya…esto me recuerda a una chica blanca que me dijo que mi actitud protestante le parecía «asquerosa» y yo le contesté «¿y acaso tu folleteo con todo tipo de hombres no es asqueroso, pedazo de zorra sinvergüenza apátrida?»

Pues ayer viernes llamé al estado de Misisipí para contarles mi situación de no tener a nadie que me lleve al examen en Virginia. «It´s OK baby», me dice una negra al teléfono. «Vénte aquí, haces el examen teórico en el ordenador, pagas 24 dólares y te canjeamos tu permiso estudiantil de Virginia con uno carnet de conducir en Misisipí. «Vaya, ¿y el road test»?, pregunté. «No hombre, ¿qué edad tiene usted?» Le dije mi edad. «En ese caso, no hay ningún examen de «road test» exigido.» Genial, ¿no? «Pero Alfred, ¿cómo sabes que la mujer al teléfono era negra?» Ayy criaturas. Aquí en EEUU sabemos perfectamente, por el tono de voz y la forma de hablar, cuando es una persona negra. Tienen una entonación diferente y solo si has vivido aquí muchos años lo puedes saber. Hasta los latinoamericanos que llevan tiempo aquí saben distinguir voces de blancos o de negros. Además, me habló con un fuerte acento de Misisipí negro…el acento de la región del Delta, que es además donde nació la música de los «blues».

Intentaré colgar un sermón dominguero para mañana, si me da tiempo hoy reflexionar sobre la Biblia y las lecciones que conlleva para combatir los peligros que no paran de aumentar. No tengo fecha exacta aun para mi viaje, pero será pronto. Me quedaré en un pueblo allí donde tengo un conocido de antaño que es propietario de una plantación. Allí me quedaré, degustando de comida sureña y visitaré una iglesia fundamentalista para poder debatir la postura reformada calvinista. Misisipí es uno de los estados más odiados por la progresía urbanita de Washington D.C., California y Nueva York. ¿Por qué? Porque la gente de ese estado no se deja engañar por el lavado de cerebro social que intentan imponer desde arriba. Allí, negro es negro, y blanco es blanco. Sin embargo, es donde MENOS GRUPOS DE ODIO RACIAL HAY EN TODO EL PAÍS. ¿Por qué? Porque cuando se es honesto, libre, y se tiene a Dios, no hace falta otra cosa. Ya os contaré cuando vaya sobre mis aventuras en ese estado de pantanos, musgos españoles, negros del delta, protestantismo y blues. Aunque no voy a promover un estílo musical para la iglesia, ya os he dicho aquí que me gustan los blues…no para la iglesia, pero me gustan los blues porque a pesar de hacer alusiones a lo triste, no es derrotista. Es una música que da esperanza, ¿y qué otra cosa tiene un hijo de Dios si no es la esperanza ante la tristeza y tragedia que es la vida diaria? Os dejo con la famosa canción del negro Robert Johnson: «Crossroad Blues». God Bless America, God Bless Mississippi.


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