photo credit: NASA
Después de la invasión de Ucrania por parte de Rusia en febrero de este año, Estados Unidos puso sanciones en señal de desaprobación y eliminado parte de la colaboración entre la NASA y Roscosmos. La única excepción eran las misiones relacionadas con la Estación Espacial Internacional. Mientras que la ISS está controlada conjuntamente por Estados Unidos, Rusia, Europa, Japón y Canadá, los astronautas dependen de los cohetes Soyuz lanzados desde Rusia para el acceso.
Un mes más tarde, el viceprimer ministro de Rusia, Dmitry Rogozin expresó la desaprobación de esta decisión, y dijo que podrían cortar el acceso de la ISS a Estados Unidos. En el momento de ese anuncio, Estados Unidos tenían dos astronautas a bordo. Rick Mastracchio volvió a la Tierra ayer, pero Steven Swanson está todavía a bordo. La llegada de Gregory Wiseman a la estación espacial está previsto el 28 mayo, en la Expedición 40 y ese plan no parece haber cambiado.
En su último comunicado, Rogozin anunció ayer que Rusia ya no proporcionará los motores del cohete que actualmente se utilizan para lanzar satélites militares. También aludió a la retirada de Rusia de la ISS en 2020, diciendo que va a impedir la entrada de la NASA a la Estación Espacial Internacional.
El United Launch Alliance usa motores de cohetes rusos para llegar al espacio los satélites militares y de defensa, sin embargo la ULA ha declarado que se tienen suficientes existencias de motores para llevar a cabo lanzamientos durante los próximos dos años. Además SpaceX ya tiene cohetes operacionales que pueden ser utilizados en caso de necesidad. Todos los componentes de los cohetes Falcon 9 están diseñados y fabricados en Estados Unidos. Mientras Space X mantiene un contrato con la NASA, están intentando también de conseguir un contrato con el Departamento de Defensa.
Las 11 estaciones de GPS que Rusia amenaza con apagar, se utilizan para controlar la actividad de las placas tectónicas. Sin ellos, se eliminarán muchos datos necesarios para la comprensión de los movimientos de las placas que deben tenerse en cuenta para obtener exactitud en los datos. Esto supondría un gran dolor de cabeza para los científicos que utilizan esa información para estudiar los terremotos y volcanes. Estas 11 estaciones no tienen relación con la red GPS de Estados Unidos y no afectará el uso de los GPS militares o civiles, sino solamente los científicos. Rogozin dijo que si los Estados Unidos no permite que sus estaciones GLONASS se instalen en territorio estadounidense a finales del verano, las unidades de GPS se apagaran.
Si a partir del 2020 Rusia no permite que los astronautas estadounidenses viajen hacia y desde la ISS usando su nave espacial, tampoco sería un gran problema. A pesar que la NASA canceló el programa de transbordadores en 2011, la nave espacial Dragon de Space X podría ser utilizada por Estados Unidos en 2017, teniendo capacidad de llevar a siete astronautas por viaje.
Sin embargo, hay un aspecto de la declaración de Rogozin algo preocupante, y que es su afirmación de que Rusia podría retirarse de la ISS en 2020, con Estados Unidos tenía la esperanza de utilizar la ISS hasta 2024. La estación espacial está dividida en segmentos: la sección rusa que está bajo el control exclusivo de Moscú se utiliza para el acoplamiento al llegar la tripulación y carga a bordo, y también es capaz de funcionar de forma independiente. No puede decirse lo mismo de los compartimentos de los Estados Unidos, lo cual es bastante problemático. Mientras que Estados Unidos tiene el módulo de control provisional que podría ser utilizado en lugar del módulo ruso, hay algunas preocupaciones logísticas de lanzamiento e instalación de la unidad.
La conclusión es que este desacuerdo sobre la invasión de Ucrania por parte de Rusia no tiene nada que ver con los científicos, sin embargo son ellos los que más sufrirán estas sanciones. Desde 2001, la Estación Espacial Internacional ha sido un lugar donde más de 200 personas procedentes de 15 países se han unido en la búsqueda de la exploración y el conocimiento, a pesar de las diferencias socioeconómicas o políticas.
No obstante el año 2020 aún está lejos, y un gran número de situaciones podrían suceder antes de esa fecha, sólo podemos esperar que prevalezca el sentido común para que todos podamos volver a la colaboración científica pacífica y productiva.