Ruta a Cancho Roano

Cancho Roano

Docenario

En esta ocasión realizamos esta ruta de 9 kilómetros (ida y vuelta) de dificultada baja, partiendo de Docenario, una pedanía de Zalamea de la Serena en la provincia de Badajoz a través de caminos públicos y que nos traslada 27 siglos atrás, al yacimiento arqueológico de Cancho Roano. Iniciamos la ruta en la iglesia, situada en lo alto de una loma, desde donde puede apreciarse el paisaje de la dehesa de la serena, y un parque con un mural dedicado a las 36 primeras familias de colonos que habitaron el poblado. Nos dirigimos por el Camino de la Dehesilla hasta el Camino de Cagancha que nos lleva al Camino Canchua que discurre paralelo al Arroyo de Cagancha hasta cruzar ya en el Yacimiento de Cancho Roano. El Track está disponible en WIKILOC.



 Powered by WikilocCancho Roano
Primero indicar que este lugar se encuentra junto a las ricas venas de agua que cruzan el sitio, lo que debió ser determinante para su fundación. J. Maluquer de Motes y S. Celestino Pérez fueron los encargados de su excavación.
El yacimiento alberga los restos de tres edificios superpuestos. El último edificio en un excelente estado de conservación se levantó sobre las ruinas de uno previo, al igual que éste lo hizo sobre los vestigios del inicial. Aunque cada edificio presenta una arquitectura y funcionalidad diferente, lo más importante es que comparten el mismo espacio para el culto, protagonizado por sendos altares, así como su orientación a la salida del sol.

Altar Circular

En santuario original se encuentra muy desdibujado por las obras de los dos santuarios posteriores. No obstante, la sala principal donde se desarrolló el culto se mantuvo intacta. El elemento más sobresaliente es el altar circular levantado en el centro del espacio cuya forma recuerda a símbolos del mundo oriental. Junto al altar se dispuso una grada también de adobe para depositar las ofrendas y un vasar donde reposarían los jarros de bronce necesarios para las libaciones.
La importancia religiosa y comercial que debió cobrar el lugar generó la necesidad de disponer de nuevos espacios, por lo que se decidió demoler el santuario original para levantar un nuevo sobre esas ruinas aunque se mantuvo el espacio de la sala principal donde se desarrollaba el culto en la fase anterior. De este segundo edificio se conserva también la fachada principal, tramos de sus paredes, parte de las habitaciones perimetrales, la terraza oriental de piedra y un trecho del foso, lo que ha permitido reconstruir buena parte de su planta.

El edificio que hoy se visita pertenece a la última modificación. Consta de once habitaciones y un gran patio en forma de U. Su habitación principal se ubica en el centro del edificio, donde se levantó un gran pilar cuadrangular que respetaba el eje de los altares de los santuarios anteriores. Pero en esta ocasión se construyó una planta superior de donde proceden los objetos más destacados del santuario.
Todo el edificio principal está rodeado por una terraza de piedra calcárea que estuvo enlucida de blanco. La facha principal de adobe estaba forrada de pizarra en su parte inferior y aún conserva restos del enlucido rojo y las paredes interiores lo estaban de caolín blanco. Un pasillo separa el edificio principal de una serie de espacios compartimentados a modo de capillas que se disponen perimetralmente por los cuatro lado. todo el enclave está rodeado por un profundo foso que se interrumpe en el lado oriental, donde se levantó una terraza de piedra en cuyo centro, flanqueado por sendas torres, se organiza la entrada al santuario. Un pozo exterior y otro en el centro del patio dan una idea de la importancia que tuvo el agua en la vida del santuario.


En cuanto a materiales encontrados, destacan las joyas de oro y otros ricos elementos de adorno personal, los marfiles y huesos decorados, los bronces entre el que destaca la tapadera de bronce con mango en forma de caballo, el instrumental de hierro o la ingente cantidad de cerámica recuperada, tanto de fabricación local como de importación, entre las que destacan las numerosas copas griegas.
El santuario fue incendiado, arruinado y sellado con una capa de arcilla antes de ser definitivamente abandonado. Hay materiales de importación datados hacia el siglo VI a. C., y el final de Cancho Roano está datado en los últimos años del siglo V a.C.
Junto al yacimiento se levanta un centro de interpretación inaugurado en 2001, donde al visitarlo te sitúas en el contexto histórico y cultural. Sin duda una visita indispensable si estás por la zona, y descubrir el rico patrimonio del que disponemos en Extremadura.


Más información de Cancho Roano en la web de ZALAMEA DE LA SERENA.
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