Hoy vengo con ruta gastro. Ya sabes que siempre te cuento lo que he comido en los lugares que visito.
Con el buen tiempo aprovechamos para coger vacaciones o darnos pequeñas escapadas a sitios cercanos para ver lugares distintos y desconectar, ¿verdad?
Pues bien, un destino cercano para los que estamos en Madrid es Sigüenza, una ciudad medieval situado en Castilla La Mancha que, con el montón de años que llevo viviendo en España, nunca había conocido hasta esta Semana Santa que por fin fui. Y me encantó.
Alrededores de Sigüenza
Entonces el post de hoy es una guía para comer en Sigüenza
Explicación breve: por qué tienes que ir a Sigüenza
Ya se que este no es un blog sobre viajes y turismo. Pero antes de contarte sobre los sitios ricos para yantar (no me gusta esta palabra pero tengo ganas de usarla) en este lugar, tengo que contarte algo de su atractivo para que te animes a ir. Que no todo es comer y beber.
La ciudad es un sitio pequeño que recorres entera en un día. Tiene un casco histórico precioso en el que se perciben los tres periodos arquitectónicos que la dominan: la Edad Media, el Renacimiento y el Neoclásico.
Calle Travesaña Baja, Sigüenza
Te recomiendo si vas que hagas una visita guiada con Jorge, un chico que conocimos en Tripadvisor originario de allí y que te contagia al escucharlo su pasión por la historia seguntina.
Jorge narra de una forma amena y muy entretenida episodios muy interesantes de Sigüenza, como que era el lugar de veraneo de familias acomodadas de Madrid, que durante la Guerra Civil española se vio bastante perjudicada, mientras te muestras testimonios físicos de los estragos de la contienda, así como algunas anécdotas del paso de las tropas de Mussolini.
También tiene una catedral preciosa, construida en el siglo XII, con un estilo que primero fue románico y luego gótico, y un rosetón precioso.
¡Ah! El actual parador es uno de sus mayores atractivos porque es el castillo medieval situado en la colina, una fortaleza del siglo XII instalada en una alcazaba árabe. Si no estás hospedado allí, solo se puede acceder hasta el patio de armas pero vale la pena subir caminando porque la construcción es preciosa y los atardeceres también.
Fuera de la ciudad puedes caminar por un bosque que está justo enfrente del castillo, precioso para desconectar y respirar aire puro.
Atardecer desde el parador de Sigüenza
Hasta aquí el turismo, lo demás búscalo en internet
Beber y comer en Sigüenza
Bueno, vamos al lío.
Nosotros estuvimos solo dos días, tiempo perfecto para hacer la escapada y disfrutar la ciudad. Te contaré los sitios en los que estuvimos comiendo y dándole al codo en orden de preferencia.
Aunque he de decirte que los dos primeros me gustan igual, son dos negocios de hostelería completamente diferentes.
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Bar Gurugú de la Plazuela
Si. Me encantan los bares.
Y los que tienen personalidad e historia mucho más. el Gurugú de la Plazuela es un sitio pequeñito y con mucho encanto, situado en un edificio del siglo XV. Pregonan como lema “calidad y calidez”, sus pinchos supercurrados han obtenido premios y están especializados en setas.
Interior del Gurugú de la Plazuela
El espacio es pequeño y con encanto, en la sala puedes ver fotografías de la fiesta medieval que se realiza en Sigüenza anualmente.
A mí lo que más me gustó fue pedirnos sendos botellines de cervezas, una tapita y salir a la fachada de la taberna, en la que puedes apoyarte y disfrutar la noche y el espacio, porque está ubicado frente a la plazuela de la Cárcel y la gente suele hacer lo mismo que te estoy proponiendo, con lo cual verás ambiente.
La plazuela, se estaba genial aquí
Nosotros nos pedimos una tapa de migas con setas. Riquísima.
Migas y birra
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Restaurante Nöla
Ahora olvídate de bares y tabernas, esto es una experiencia gourmet.
Nöla es un lugar diferente a todo lo demás en Sigüenza. Es cocina mediterránea moderna en un lugar precioso, la parte baja de la Casa del Doncel, uno de los edificios más turísticos de allí.
Entrada del restaurante Nola en la Casa del Doncel
Se trata de una casa de estilo gótico civil ubicado en el barrio medieval y restaurado por la Universidad de Alcalá de Henares. El restaurante es precioso, con toques modernos en su decoración y paredes de piedra que esconden siglos de historia.
El precio promedio es de 40 euros por persona, y vale invertirlos si te gusta comer.
Yo solo te digo que disfrutamos desde el aperitivo, unas aceitunas con salsa de rúcula, limón y vinagre junto a unos originales torreznos garrapiñados, hasta el postre, una deliciosa torrija caramelizada con helado.
¿El plato que más recuerdo? La lasaña de jabato estofado con salsa perigueux de trufa de primavera. ¡Impresionante!
Y aquí tienes las fotos. Favor no babear el teclado
Los dos aperitivos que te conté arriba y el vino que nos tomamos, de Castilla La Mancha, muy rico
Foie y mousse de queso manchego con tomate pasificado y sardina ahumada
Arroz meloso con civet de caza y setas, lasaña de jabato estofado con salsa de perigueux de trufa
Torrija caramelizada con helado, ¡deliciosa!
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Bar Alameda
Está en el paseo de la Alameda, enfrente del parque y en la zona donde se desarrolla la mayor parte de la vida social y nocturna de la ciudad.
El Alameda es un bar pequeño y con una gran variedad de pinchos. Los ves en la larga barra al estilo de los bares en el País Vasco, aunque si vas en periodo de mucho turismo ármate de paciencia para hacerte un huequito y pedir. Pero hazlo que está muy bien.
En primer plano, erizo gratinado
Abrieron en 1988 y es uno de los lugares más frecuentados de la ciudad. Nosotros probamos varios pinchos, pero los que más nos gustaron fueron el de erizo y el de solomillo con setas y verduras.
Pincho de patata con huevo y jamón
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Bar Tormes
Bareto de los de toda la vida en la calle Humilladero. Ni siquiera he encontrado página web para mostrarte.
En la misma zona del anterior, se llena de gente dentro y fuera tapeando y tomando cañas. Nosotros por supuesto nos quedamos fuera -estábamos de ruta de cañas y ya te dije que nos encantan los bares- y nos pedimos un pincho muy curioso que llevaba una un trozo de atún sobre pan, una rodaja de limón -sí, limón- , alcachofa, anchoa y aceituna.
Me sorprendió la combinación. Pero me gustó.
Pincho de atún, alcachofa, anchoa y rodaja de limón
También comimos otro pincho de atún, tomate, huevo, espárrago y aceituna.
En la misma calle que el anterior, es el sitio perfecto para comer platos de siempre hechos con sazón y gusto.
El restaurante Sánchez fue fundado en 1916, después de pasar la barra tienen un acogedor salón con manteles blancos y muebles de madera. Si buscas cocina casera y tradicional a buen precio, este es el sitio.
Alcachofas naturales con jamón
Merluza en salsa
El pan estaba buenísimo!
Y esta es mi ruta gastronómica en Sigüenza. ¡Ah! Las terrazas que están dentro del parque de la Alameda están muy bien para tomar un café o refresco y relajarte; y una calle muy cercana, la calle Laurel, es la vía de los bares de copas y la que los seguntinos llaman la Senda de los Elefantes, según nos explicaron por las trompas que se coge la gente
Si vas, cuéntame qué te han parecido estos lugares y dime, ¿agregarías otro?
La entrada Ruta gastronómica: comer en Sigüenza se publicó primero en La Gastrorredactora.