Vuelvo a recurrir a la últimamente tan socorrida expresión “se nos fue de las manos” para resumir la salida de ayer domingo.
Y es que eso es lo que nos pasó, que se nos fue de las manos. Una ruta que en principio iba a ser un mero paseo de los cuatro boadillenses por nuestro pueblo acabó en una ruta de 62 kilómetros por cinco municipios vecinos, seis en total si contamos Boadilla del Monte.
Este fin de semana no hubo quorum en el grupo de quedadas que tenemos en Google porque había muchas bajas. Rob y Norris salían a hacer una kilometrada por la zona norte de Madrid, así que como yo tenía toque de queda en casa decidí salir a rodar tranquilo por Boadilla. A Edu, Manu y Víctor les moló la idea, así que quedamos a las 9:00 para salir a dar una vuelta.
Salimos de Boadilla del Monte
En esta ocasión dejamos a Manu que gestionase la ruta. La idea original era ir hasta Molino de la Hoz (estuve hace poco con JP) y volver por el monte de Boadilla. Con eso en mente nos pusimos en marcha.
Como de costumbre, bajamos hasta encontrarnos con el río Guadarrama por la zona conocida como Monte Romanillos, en Boadilla del Monte. Inmediatamente cruzamos la carretera M-503 por debajo del puente y entramos en la urbanización Villafranca del Castillo.
Esta vez tomamos un camino distinto al que conocemos JP y yo. En lugar de pasar por el colegio SEK y la universidad Camilo Jose Cela, fuimos buscando el arroyo de Los Palacios para que nos llevase hasta Villanueva del Pardillo.
Rodando por Villanueva del Pardillo
Por el camino pasamos junto a la ermita de la Virgen del Soto, patrona de Villanueva del Pardillo. Choca un poco encontrarse con una ermita tan alejada del pueblo, así que (como somos un poco moñas) paramos a hacer unas fotillos. En esta ermita no se celebra misa, salvo el tercer domingo de Mayo, que hay romería por la festividad de la patrona. Retomamos la marcha con la policía pisándonos los talones. Seguramente la ermita estaba vigilada por cámaras de vídeo o algo similar y la patrulla se pasó a echar un vistazo alertados por nuestra presencia. Menos mal que somos gente civilizada, no como los guarros que dejaron los restos del botellón en la explanada de la ermita. ¿Tanto cuesta tirar los vasos y botellas a los contenedores de al lado?. En fin…
Sin llegar a entrar en el pueblo nos desviamos a la izquierda para encontrarnos inmediatamente con las ruinas de un antiguo restaurante que en sus tiempos fue de los más concurridos de la zona según Manu. Ahí encaramos una bonita subida por una pista con un asfalto en malas condiciones por una zona conocida como el barranco de Valbellido. Fue el primer desnivel serio de la jornada.
Colmenarejo y Galapagar
En el punto más alto nos encontramos con la organización del Bike Weekend, una prueba perteneciente al circuito MTB 4 estaciones que tiene su salida y llegada en Las Rozas. Compartimos con ellos parte del recorrido hasta llegar a Colmenarejo.
En Colmenarejo paramos a echar un trago en un parque mientras revisábamos en los nuevos mapas del Polar V650 el recorrido a seguir para llegar a Galapagar. Atravesando el pueblo llegamos enseguida.
Ya en Galapagar decidimos tomar la opción fácil: ir por carretera hasta Molino de la Hoz. Tiramos por la M-505 para llegar a nuestro destino unos kilómetros después.
El de la M-505 fue el tramo más rápido que hemos hecho en las últimas salidas. La bajada es espectacular, con curvas muy divertidas. Llegamos a bajar a más de 66 km/h, que en una MTB empieza a ser una velocidad considerable. Lo malo es que esta carretera no tiene un arcén muy amplio para los ciclistas, así que hay que extremar la precaución para no entorpecer al resto de vehículos invadiendo su carril.
Ruta Boadilla – Galapagar
Entrando en Las Rozas
AL final de la bajada nos encontramos con otro restaurante “histórico” de la zona: el restaurante Río Chico, justo al lado del área recreativa Guadarrama. Es el punto de inicio de muchas rutas en bicicleta y a pie por la zona.
Ya llevábamos 40 kilómetros en las piernas, así que un pinchazo de Edu nos vino bien para tomar algo de aire mientras veíamos pasar a los corredores de la Bike Weekend, que también pasaban por aquí.
Al reemprender la marcha me encontré con una grupeta conocida, en la que iba mi amigo Óscar. Eran los de Athajool, que rodaban de vuelta hacia Villanueva del Pardillo.
Nosotros íbamos buscando Romanillos, dejando a nuestra derecha Villafranca del Castillo (al otro lado del río). Algún que otro sustillo en forma de caída nos llevó hasta un nuevo y definitivo inconveniente: no podíamos cruzar el río por la zona que Manu tenía en mente porque llevaba demasiado agua.
Desviándonos hacia Majadahonda
Al final, tras evaluar opciones, tocó poner rumbo a Majadahonda subiendo hasta encontrar la M-509 primero y la M-50 después. Esa fue la segunda subida del día, bastante más llevadera que la primera a pesar de los kilómetros acumulados.
Allí nos separamos en dos grupos. Por un lado, Manu y Víctor pusieron rumbo al centro de Majadahonda para descansar un poco y comer algo, mientras que Edu y yo decidimos seguir hacia Boadilla bordeando la M-50.
Este tramo fue uno de los más duros, pues el camino paralelo a la M-50 es un auténtico sube y baja con grava muy suelta. Afortunadamente no hubo más incidencias que un pequeño error en la ruta que nos obligó a investigar una alternativa para llegar hasta el colegio Virgen de Lourdes, ya en la carretera que une Majadahonda (El Carralero) con Boadilla del Monte.
Como ya era algo tarde decidimos volver por la carretera hasta Boadilla del Monte, sin más complicaciones.
Las cervezas las dejamos para mejor ocasión. Lo importante era conservar la cabellera al llegar a casa
Ya sabéis que todas las fotos de la ruta (hechas por Edu, el fotógrafo oficial del grupo) las podéis ver en el album de Facebook.