Revista En Femenino

Rutina te he echado de menos

Por Evarey23

No quiero decir que ser madre no sea tener una rutina, especialmente cuando libros, manuales, trípticos, webs, tweets, tus vecinas, y demás familia te recomiendan tener una rutina para el bebé. Pero ese nuevo tipo de rutina que tienes cuando te conviertes en madre es un (auténtico) caos de rutina.

Puede que esté exagerando un poco (o puede que no!) pero quiero poner un ejemplo gráfico de cómo ha sido mi experiencia este año. Cuando mi bebé (ya no tan bebé, aunque siempre será mi bebé) no había nacido podía elegir qué tipo de ola, cual surfista profesional, quería surcar y en qué momento. Desde que soy mamá las olas me vienen y tengo que aprovechar la oportunidad. Ducharme cuando el bebé duerme, hacer alguna elaboración en la cocina de más de 20 minutos de duración mientras el bebé duerme, mear con la puerta cerrada mientras el bebé duerme… ¡y todo sin saber cuánto tiempo va a dormir el bebé!

Rutina te he echado de menos
Fuente: https://goo.gl/o9zosV

He hablado con otras madres y todas tenemos ese mismo sentimiento cuando el bebé se duerme o alguien se lo lleva de paseo. Una lista interminable de cosas para hacer te vienen a la cabeza y es como un “preparados, listos, ¡ya!”.

No es de ser “mala-madre” pero las prioridades cambian cuando eres madre. El colecho es muy bueno para el bebé, pero, ¿y para la mamá? (dejaré que las que ha practicado colecho con sus bebés respondan a esta pregunta, no quiero crear polémica a lo Samanta Villar :))

Y todo esto para decir que he vuelto a trabajar. ¡He vuelto a la rutina! Y estoy muy contenta. Creedme cuando os digo que tenía miedo dejando a mi hija sola todo el día. La simple idea de separarme de mi bebé me causaba angustia. Pero luego pensé (y leí. ¡Leí mucho!) en lo beneficioso que es para ella estar con sus iguales. “No podemos olvidar que los niños aprenden por imitación” leí una vez.

Rutina te he echado de menos
Fuente : https://goo.gl/26J6gX

Busqué una guarderia (ya os contaré cómo elegí la guardería) y fuimos a verla. Todos mis miedos e inseguridades se tranquilizaron al ver a mi hija ir a jugar con todos esos juguetes. Ver que nos llevaban a otras habitaciones a ver la guardería y S. se quedaba jugando me encantó. ¡Luego no se quería ir!

La primera semana de trabajo llamé en el descanso todos los días. Si. Todos los días. Lo siento. Soy primeriza. Pero después crecí y deje de llamar. Entendí que no hacía falta llamar a todas horas.

Mamá en la oficina de 9 a 5 (horario británico) y S. a la guarde de 8.30 a 5 ha hecho cambiar muy mucho la rutina. Ahora al caos que he mencionado antes le sumamos estar ocho horas en la oficina. ¡Bendita compra online!

Las primeras semanas fueron muy duras porque S. seguía despertándose por la noche y yo llegaba zombie a la oficina. Pero poco a poco nos hemos ido haciendo al nuevo sistema. ¡Aunque lo que menos apetece después de trabajar es limpiar la casa!

Me quejaré o no me quejaré. Será cansado y sacrificado y me “picará hacer las tareas del hogar” (como decía mi abuela) pero el mejor momento del día es ir a la guardería a buscar a S. ¡Es incluso más bonito que una primera cita!

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