¿Sabes qué es la erotomanía?

Desvelamos todas las claves y secretos de este trastorno mental

Hablar de lo erótico es hablar del procomún. De todo hijo de vecino. Es abordar una cuestión de interés general. La palabra erotomanía procede del griego: érōs, érōtos, ‘amor sexual’ y  también manía, ‘locura’, esto es, un trastorno mental causado por el amor. Así, dicho literalmente: un trastorno mental causado por el amor.El que padece este trastorno -este singular y no del todo conocido trastorno también conocido como Síndrome de Clérambault-, cree de forma obsesiva que mantiene una relación de amor imposible con una persona habitualmente de una posición social superior o un famoso, que resulta inalcanzable y con la que se ha tenido poco o nulo contacto, como puede ser una figura política, social (un amor o actriz, por ejemplo) o incluso un médico.En efecto se trata de un trastorno más común de cuanto a primera vista pudiera creerse. Una persona con erotomanía tiene “la creencia delirante” de que otra persona está enamorada de él o ella a pesar de que existen evidencias claras en contra de este pensamiento. Se trata de una ilusión. De un espejismo. De una creencia mágica. De una sinrazón con visos de verdad. Se presenta más en mujeres que en hombres, que padecen a su vez un trastorno delirante o esquizofrenia.No se trata de una cuestión baladí. Puede ser un síntoma de una enfermedad psiquiátrica, como la esquizofrenia, el trastorno esquizoafectivo, el trastorno depresivo mayor con características psicóticas o el trastorno bipolar. A tenor de los últimos estudios, cabe consignar que las redes sociales pueden exacerbar las posibilidades de inicio de este trastorno, en tanto en cuanto eliminan algunas barreras entre personas desconocidas y pueden usarse fácilmente para observar, contactar, acechar y acosar a otras personas.¿Cuál es entonces el quid de la cuestión? El síntoma clave de la erotomanía -¿su piedra filosofal?- es la creencia resuelta y delirante de que otra persona está enamorada del paciente. Su comportamiento incluye así esfuerzos persistentes para contactar a través de todos las formas posibles, offline y online. Estas personas pueden representar una amenaza para el objetivo de afecto. Una directa amenaza, sin duda alguna.¿Cuándo se puede detectar, cuándo se inicia? La erotomanía puede comenzar de repente, y los síntomas suelen ser de larga duración. Sí, puede comenzar de un momento a otro. En un santiamén.  El diagnóstico es complejo debido a que se trata de una patología un tanto insólita y es posible -es más que probable- que ni siquiera los expertos sepan reconocer los síntomas cuando los ven. Hablamos de una realidad no reconocible a las primeras de cambio.Asunto peliagudo. Tratar el trastorno delirante puede ser difícil porque los afectados no son capaces de ver que sus creencias e ilusiones son infundadas, por lo que pocas personas afectadas buscarán tratamiento por sí mismas. El tratamiento ha de adaptarse a las necesidades de cada persona y debe centrarse en mantener las relaciones sociales, minimizar el riesgo de conductas problemáticas y mejorar la calidad de vida del paciente. Lo cual no es empresa fácil, ni muchísimo menos.¿Medicamentos? En efecto también puede incluir medicamentos, terapia y hospitalización. Esto último es necesario si la persona afectada se convierte en un peligro para sí misma, para el afectado, para cualquier otra persona. No responde este particular a una novedad de la modernidad. Ni mucho menos. La cosa viene de atrás. La erotomanía fue descrita por primera vez a primeros del S.XX por el psiquiatra Gaetan Gatian de Clérambault (1872-1934), que fue también un reconocido fotógrafo y pintor, pues tenía gran interés por el arte.Acertó de pleno. Su trabajo en psiquiatría se centró en las alucinaciones y delirios, describiendo el síndrome erotomaníaco en 1921 como passionnelle psychose o psicosis pasional en el tratado Les Psychoses Passionelles. Clérambault se suicidó con un arma de fuego el 17 de noviembre de 1934 en una comuna al suroeste de París. Ya sabemos: el erotismo genera sus pasiones pero también sus cavilaciones. De lo particular a lo universal. Ahora y siempre.Fuente: elmira
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